La Sección V de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife condenó a 15 meses de cárcel y a una multa de 540 euros a un hombre de 42 años que ejerció como propietario de una chatarra ilegal y generó vertidos en el camino Tornero, en La Laguna.

Finalmente, entre el abogado de la Defensa y el representante del Ministerio Fiscal se llegó a un acuerdo de conformidad, por el que el procesado, A.L.H.G., aceptó ser el autor de un delito contra los recursos materiales y el medio ambiente.

La celebración de la vista estaba prevista para el pasado lunes y a la misma fueron citados agentes de la Policía Local de La Laguna que informaron sobre la mencionada irregularidad.

En principio, el acusado no ingresará en prisión, puesto que la pena no supera los dos años y carece de antecedentes penales.

Además, se le condena a restaurar el equilibrio ecológico perturbado, mediante la ejecución de un plan de restauración del terreno afectado.

Sin embargo, la Agencia de Protección del Medio Urbano y Natural (Apmun), dependiente del Gobierno canario, ya adoptó la mencionada medida hace meses.

El depósito de automóviles, el funcionamiento del taller y los vertidos peligrosos tuvieron lugar durante seis años, entre el 2003 y el 2009.

En los hechos probados se asegura que el acusado adquirió un terreno en Cercado Bello, en la primera transversal del camino Tornero en enero de 2003 y, desde ese momento, utilizó el suelo para desarrollar la actividad de depósito de vehículos fuera de uso, así como para su desguace y un taller.

Según los datos que obran en poder del fiscal, Rafael Ruiz Ibáñez, la citada actividad la extendió a terrenos anexos de otros propietarios.

Sin embargo, la ocupación de otras fincas la efectuó sin autorización de sus legítimos dueños. Además, contaba con un taller de coches. La media de automóviles depositados en el lugar oscilaba entre las 50 y las 80 unidades.

La actividad de depósito y desguace la llevaba a cabo el acusado de manera clandestina y reiterada, sin amparo de autorización alguna, al aire libre y sobre suelo rústico, según la normativa urbanística que rige en dicho ámbito de La Laguna.

Según el escrito de acusación del fiscal, la chatarra fue generadora de vertidos de residuos peligrosos, que provocaron impregnación de aceites, lubricantes, combustible y otros. Respecto a dichos productos, se filtraban al subsuelo por efecto de la saturación, de la humedad y de la lluvia, pudiendo llegar a contaminar las aguas subterráneas. Y, curiosamente, en la proyección subterránea vertical de ese terreno existe el trazado de una obra de captación de aguas.

El fiscal inicialmente solicitó una pena de cinco años y medio de prisión, así como una multa de 5.400 euros. Sin embargo, un error en la tramitación del caso, que fue remitido al Juzgado de lo Penal, en vez de a la Audiencia Provincial, provocó que el asunto sufriera un retraso de tres años y que existieran dilaciones indebidas en el proceso.