Miles de policías se han concentrado hoy frente a decenas de comisarías de toda España para recordar al agente que falleció tras ser arrojado al tren por un inmigrante, y han pedido a sus máximos superiores más signos de apoyo, como que acudan a estos actos y que se pongan las banderas a media asta.

El suceso que acabó con la vida de Francisco Javier Ortega ocurrió el viernes en Madrid cuando un inmigrante, que continúa ingresado en estado grave aunque estable, arrojó al agente a la vías del tren, a las que cayó con él. Los representantes sindicales han preferido guardar silencio por respeto a la memoria del policía y su familia hasta hoy.

Las concentraciones han sido convocadas por los sindicatos mayoritarios SUP, CEP y SPP, a los que se han unido UFP y SIPE, cuyos máximos responsables han acudido a la que ha tenido lugar en la puerta de la Comisaría General de Seguridad Ciudadana, a la que pertenece la Brigada Móvil en la que patrullaba Francisco Javier Ortega.

También ha acudido algún familiar del agente fallecido, pero se han mantenido en un segundo plano. Varios cientos de policías, unos uniformados y otros no, han guardado un respetuoso silencio durante casi ocho minutos que han finalizado con un sonoro aplauso.

Al término, los dirigentes sindicales han criticado que el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, y el secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, no acudieran tanto a los actos de despedida convocados tras la muerte de este agente como a los organizados cuando una policía perdió la vida en un tiroteo en Vigo en noviembre y otro en mayo en Málaga.

También han pedido que, cada vez que fallezca un agente en acto de servicio, las banderas de las dependencias policiales ondeen a media asta.

Precisamente hoy SUP, CEP y SPP han entregado un escrito dirigido al director general de la Policía, Ignacio Cosidó, en el que le solicitan que traslade al Gobierno, y en concreto al Consejo de Ministros, que "un policía fallecido en acto se servicio merece una expresión pública de dolor y pésame".

Los dirigentes de SPP y de la UFP han pedido además que se estudie ya si los agentes que patrullan las calles deben llevar defensas extensibles -que ahora solo llevan algunas unidades- e incluso pistolas táser, que provocan una descarga eléctrica que paraliza a la persona que agrede y que en España no están permitidas.

Además de esta concentración en la sede de la Comisaría General a la que pertenecía el agente fallecido, a la misma hora -las once de la mañana- cientos de agentes han querido mostrar su respeto en las puertas de sus lugares de trabajo.

En Ávila, la provincia de la que es originaria la familia del fallecido, un centenar de agentes del Cuerpo Nacional de Policía, acompañados por integrantes de la Guardia Civil y de la Policía Local, se ha concentrado a las puertas de la Comisaría de Policía de la capital.

En declaraciones a los medios, el portavoz de la Confederación de Sindicatos de Policía, José Manuel de Miguel, ha señalado que el acto buscaba el reconocimiento hacia la labor que desempeñan los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado "todos los días", además de que la familia, natural de Navarredondilla, se sintiera arropada.

El subdelegado del Gobierno en Ávila ha subrayado que la concentración era un momento de "solidaridad" hacia los cuerpos de seguridad, mientras que el regidor abulense, Miguel Ángel García Nieto, ha afirmado que "ha caído uno de los mejores".

En Barcelona medio centenar de agentes y personal de la Jefatura Superior de Policía de Cataluña han participado en una concentración silenciosa.

Además, en las comisarías de los Mossos d''Esquadra se ha guardado hoy un minuto de silencio en memoria de Ortega.

Otra cincuentena de policías nacionales se ha concentrado ante la Comisaría Provincial de Huelva para mostrar su repulsa por la muerte de Francisco Javier Ortega, también en un silencio únicamente roto por un gran aplauso final.

En Melilla otro grupo de policías ha recordado al agente caído en acto de servicio en una concentración a la que han asistido las principales autoridades de la ciudad.

El presidente de Melilla, Juan José Imbroda, y el delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, se han sumado al minuto de silencio convocado por los sindicatos policiales, en el que también ha estado presente el jefe superior de Policía de la zona, José Ángel González Jiménez.