Una agente de policía de Xinjiang, en el noroeste de China, embarazada de dos meses, murió acuchillada por dos asaltantes cuando trabajaba en la comisaría de la región, donde han aumentado en los pasados meses los enfrentamientos entre la etnia minoritaria uigur y la mayoritaria han.

El suceso ocurrió el pasado viernes, según informa hoy la cadena de televisión estatal CCTV en su cuenta de Weibo (el Twitter chino), en la zona de Hotán, al suroeste de la provincia y que formó parte de la zona sur de la antigua Ruta de la Seda.

Los agresores "asesinaron cruelmente" con arma blanca a la agente de policía Palidan Keremu, quien se encontraba en su puesto de trabajo en la comisaría y hasta donde se acercaron en motocicleta.

Según compañeros de la víctima, ésta estaba embarazada de dos meses. Y, aunque la CCTV no ha especificado su etnia, su nombre es característico de la etnia uigur, que profesa la religión musulmana.

Los enfrentamientos étnicos dentro y fuera de Xinjiang se han incrementado desde un violento episodio en 2009 en la región y este año ya se han registrado más de un centenar de muertes.

El suceso más reciente ocurrió a finales de septiembre, cuando al menos cincuenta personas murieron en una serie de explosiones en un condado del noroeste de Xinjiang, entre ellas cuarenta atacantes, seis civiles y cuatro policías.

Algunas organizaciones uigures en el exilio denuncian desde hace años la represión que sufren por parte del Gobierno y la discriminación con la que son tratados respecto a los han en Xinjiang.

Pekín atribuye la violencia a organizaciones terroristas uigures cuyo objetivo es la independencia de Xinjiang, por lo que lleva meses endureciendo las medidas de "seguridad" en la región.

Entre ellas, las autoridades judiciales chinas, dependientes del Partido Comunista, condenaron a cadena perpetua por separatismo al intelectual uigur Ilham Tohti el pasado mes, conocido por ser la "voz moderada" de esa comunidad en China y constitucionalista declarado.