Tres mineros alemanes murieron ayer tras quedar sepultados a 700 metros de profundidad en una mina de potasa de la localidad de Unterbreizbach (este de Alemania), a consecuencia de una explosión, presuntamente, por una fuga de gas, informó la empresa K+S.

Del interior de la mina, fueron rescatadas otras cuatro personas, que resultaron ilesas.