La Guardia Civil y la Policía Municipal de Madrid han detenido a siete personas -cuatro españoles, dos italianos y un colombiano- presuntos miembros de una red dedicada al tráfico ilegal de drogas, sobre todo cocaína, que almacenaban en un piso madrileño y distribuían por toda España.

Según ha informado hoy la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid, a los detenidos les han sido intervenidos 20 kilos de cocaína, 2.500 gramos de MDMA y pequeñas cantidades de hachís y marihuana, todo lo cual se almacenaba en un piso de Madrid desde donde se distribuía a España.

La operación, denominada NORAY, la han desarrollado conjuntamente agentes de la Guardia Civil y de la Policía Municipal de Madrid y se ha saldado con la detención de siete personas, entre ellas dos italianos que lideraban el grupo y un español, encargado de entregar la droga a los compradores.

Las investigaciones se iniciaron cuando la Unidad Central de Investigación de la Policía Municipal de Madrid alertó al equipo especializado en Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) de la Guardia Civil de las investigaciones que habían realizado sobre una posible red de distribución al "menudeo" de sustancias estupefacientes procedentes Sudamérica.

Tras las primeras averiguaciones, se supo que la organización disponía de diferentes personas para asumir las tareas que desarrollaban, como la distribución de los estupefacientes mediante diversos métodos y empleando estrechas medidas de seguridad para no ser descubiertos.

Los dos italianos que lideraban el grupo habían tejido un entramado para la distribución de la droga y tenían como encargado a un español que realizaba las entregas a los compradores.

Las operaciones se coordinaban desde el piso madrileño que se usaba de almacén y de laboratorio de adulteración y que era custodiado en todo momento por alguno de los dos líderes de la organización.

La droga nunca se vendía en las proximidades del piso y para transportarla de forma segura, la red disponía de vehículos a los que practicaban dobles fondos, principalmente en las zonas de los airbag, para dificultar su localización en caso de ser interceptados por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.

Fruto de las investigaciones, los agentes pudieron comprobar que el encargado de realizar las entregas de droga quedaba en un punto con los compradores, trasladaba su vehículo hasta el piso-almacén y allí cargaba la mercancía en la calle o en el garaje.

Después el distribuidor de la droga se dirigía al lugar acordado y allí entregaba al comprador el automóvil y la mercancía, aunque antes solía dar varias vueltas a la manzana para detectar si estaba siendo seguido.

La operación se ha realizado en los dos últimos meses y las detenciones se han realizado de forma escalonada.

Además de los 20 kilos de cocaína y de las demás sustancias estupefacientes, en el piso se han intervenido básculas de precisión, 6.000 euros en efectivo y tres vehículos de alta gama.