El Ministerio Fiscal solicitó ayer, durante el juicio celebrado en la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife, una pena de diez años de internamiento en un centro psiquiátrico para F.C.N. por un delito de asesinato en grado de tentativa tras, presuntamente, haber agredido a su madre e incendiado el domicilio cuando esta fue llevada a un centro médico.

Los hechos, según relatan las conclusiones provisionales de la Fiscalía, ocurrieron el 25 de enero de 2009, cuando el procesado, estando en el domicilio de sus progenitores ubicado en Valle Gran Rey (La Gomera), se dirigió al dormitorio de sus padres donde su madre se encontraba tumbada y comenzó, "guiado por el ánimo de atentar contra la vida de esta y acabar con ella", comenzó a darle puñetazos, la tiró al suelo y le propinó varias patadas. A continuación, salió corriendo en busca de un cuchillo de cocina, el cual se lo clavó hasta en nueve ocasiones en el brazo, muslo y estómago.

Al salir del dormitorio el procesado, el padre aprovechó para sacar a la víctima y llevarla a un centro médico, momento que aprovechó el acusado para prenderle fuego a la vivienda.

La mujer sufrió diversas policontusiones con fracturas costales y hematoma en al pared abdominal y nueve heridas incisopenetrantes a causa de la agresión.

El procesado permanece en prisión provisional comunicada y sin fianza desde el 6 de febrero de 2009.

Durante la vista oral de ayer se reprodujo el procesado dijo que no recordaba nada de lo que había ocurrido ese día, testimonio similar al que prestó en el Juzgado de Instrucción. Según explicó, llevaba dos meses sin tomar la medicación de la esquizofrenia paranoide que padece porque le dejaban "apagado". F.C.N. tenía este tratamiento desde hacía cuatro años. El acusado señaló que en el momento de los hechos escuchaba voces que le decían que los culpables de lo que le estaba ocurriendo era su familia, la cual quería ingresarlo en un centro médico y quedarse con sus propiedades. Además, pidió perdón a su familia por lo ocurrido.

Por su parte, la madre del procesado se negó a declarar en su contra y, emocionada, solicitó al Tribunal poder acercarse a su hijo para abrazarlo. Los hermanos del acusado también se negaron a declarar en su contra.

Esta no era la primera vez que F.C.N. agredía a su madre, pues, según el testimonio que su padre, ya fallecido, prestó en el Juzgado de Instrucción, cuatro años antes lo había intentado, en un momento en el que no tomaba la medicación.

Por su parte, las psicólogas que reconocieron al procesado determinaron que F.C.N. sufría esquizofrenia paranoide, y que en el momento de los hechos, al no haber tomado la medicación, sufrió un brote psicótico que le produjo una ruptura con la realidad y actuó con una "voluntad prácticamente anulada". Además, señalaron que el acusado en ese momento tomaba tranquimazines y alcohol. Las expertas recomendaron para el procesado el internamiento en un centro especializado, donde se realizara un control de su tratamiento.

La Fiscalía solicitó para el acusado una pena de diez años de internamiento en un centro psiquiátrico por un delito de tentativa de asesinato, mientras que tanto la acusación particular como la defensa solicitaron tres años de internamiento en un centro especializado privado por un delito de lesiones y otros dos por otro de daños al entender que "no quedó acreditado que hubiera intención clara de matar". El Ministerio público también pidió una indemnización de 57.970 euros.

Por otro lado, el letrado que representaba al propietario de la vivienda superior, la cual sufrió daños por el incendio, pidió 13.000 euros de indemnización para su representado, y la abogada de la aseguradora de la casa que fue incendiada solicitó que el acusado se hiciera cargo de la indemnización por los daños que sufrió el piso, que ascendieron a cerca de 48.000 euros.