Policías locales de La Laguna detuvieron a dos hermanos en el barrio de San Matías. Uno de ellos, identificado como T.M.M. y de 19 años, está acusado de un delito contra la seguridad vial y era buscado por la Justicia. Respecto al segundo apresado, E.M.M., de 21 años, fue arrestado por resistencia y desobediencia a la fuerza de seguridad, así como por otro delito contra la seguridad vial, pues le prestó el vehículo al anterior, a pesar de que sabía que no tenía permiso de circulación. Ambos, que tienen su domicilio en Añaza, tienen una amplia trayectoria delictiva, tanto como adultos como cuando eran menores y pasaron por centros de acogida.

Los hechos ocurrieron durante la tarde del pasado miércoles y en el servicio participaron agentes destinados en la Unidad de Refuerzo al Servicio y la Intervención (URSI).

Todo comenzó cuando varios vecinos llamaron a la sala operativa del cuerpo de seguridad, ya que en un determinado enclave de San Matías había problemas de conducción temeraria. Hasta el lugar acudió una dotación de agentes municipales, que, poco después, encontraron a un joven que circulaba en dirección contraria con un ciclomotor.

Aunque los funcionarios le dieron el alto, el individuo hizo caso omiso y entonces comenzó una persecución.

La fuga acabó en la zona de la Finca Las Palomas, pues el individuo accedió a una calle sin salida. El joven no entregó su documentación personal, ni la del ciclomotor, ni la licencia para circular con el vehículo. Cuando comprobaron las bases de datos, miembros de la URSI detectaron que al conductor le constaban dos requisitorias judiciales. En ese momento, hizo acto de presencia el hermano del anterior, para salir en su defensa y asegurar que el ciclomotor era suyo, así como que se lo había dejado al hermano.

Además, este joven también se negó a facilitar la documentación de la moto a los policías. Cuando estos le informaron de que iban a inmovilizar el vehículo, el segundo acusado se puso más agresivo y aseguró: "Tú no tocas mi moto porque te mato, porque no me sale de los cojones, hijo de puta; yo no pago 18 euros".

Después de que los policías recibieran más insultos y empujones, el apresado tuvo que ser reducido e introducido en el vehículo radiopatrulla de la URSI.