El teniente coronel Benito Monzón, jefe del Sector de la Guardia Civil de Tráfico en Canarias, manifestó ayer que en los días fuertes de las pasadas fiestas del Carnaval en Santa Cruz de Tenerife hubo 12.000 controles de alcoholemia, en los que unos 280 conductores dieron positivo a las pruebas. En una entrevista concedida a Radio Club Tenerife-Cadena Ser durante la mañana de ayer, Monzón recordó que sólo 22 de esas personas llegaron a un nivel de consumo de alcohol calificado delito, es decir, por encima de 0,65 mililitros de alcohol por litro de aire espirado, y que, por lo tanto, deberán acabar en un juzgado. Para llevar a cabo los mencionados controles en diferentes puntos de las carreteras próximas a la capital tinerfeña, la Guardia Civil de Tráfico dispuso de unos 120 agentes y mandos. Además, dichos efectivos dispusieron de 20 vehículos de "cuatro ruedas", cuatro camuflados y unas 29 motos.

En palabras del jefe del Sector de Tráfico de la Guardia Civil en el Archipiélago, las cifras arrojadas en los controles de alcoholemia están dentro de la media habitual de estos dispositivos en las fechas carnavaleras.

Según Benito Monzón, el principal motivo de satisfacción es que, durante las pasadas fiestas, no hubo ningún fallecido en las carreteras tinerfeñas.

Monzón está convencido de que, si se anunciara que los miembros de la Guardia Civil de Tráfico se van de vacaciones en las fechas festivas, el número de problemas sería mucho mayor.

El dato curioso fue que un varón disfrazado de bombero fue hallado por una patrulla cuando dormía en el asfalto bajo el túnel de la entrada a la capital por la Refinería (TF-4) y que se salvó de un atropello seguro.