La Guardia Civil detuvo a 16 personas, tres de ellas en el aeropuerto madrileño de Barajas, cinco en la provincia de Albacete, y ocho en la de Murcia, que formaban una banda de narcotraficantes que introducía cocaína procedente de Sudamérica en España.

Los acusados son de nacionalidad colombiana y boliviana. Para introducir la droga empleaban "mulas" que viajaban en avión hasta el continente americano y traían la sustancia estupefaciente tragada en bolas.

El pasado 2 de febrero, los agentes detuvieron en el aeropuerto de Barajas a V.D.S, de 28 años, que llevaba en el interior de su cuerpo 1.300 gramos de cocaína líquida, así como a dos miembros de la banda que había ido a recogerle, los bolivianos J.A.V.S, de 29 años, y A.S.R., de 32.

Ese mismo día y el 3 de febrero fueron detenidos en la localidad albaceteña de Hellín los también bolivianos, H.M.F, de 49 años, D.M.R., de 27, M.L.M.R, de 29, M.F.M.R, de 21, y E.C.T., de 26 años.

En esta misma localidad los agentes efectuaron un registro domiciliario e intervinieron más de 200 gramos de cocaína y otros efectos relacionados con el tráfico de drogas.

Asimismo, en la localidad murciana de Bullas fueron arrestados A.G.A., colombiano, de 29 años, y los bolivianos M.U.S., de 28 años, C.N.J., de 35, A.M.H., de 28, y J.J.U.P., de 28 años.

En esta localidad, los agentes llevaron a cabo tres registros en dos domicilios y un locutorio y fueron intervenidos cuatro kilos de cocaína y un laboratorio de tratamiento y manipulación de esas sustancias, formado por herramientas, prensas y diferentes precursores necesarios para la elaboración del producto final destinado para el consumo.

Asimismo, en la pedanía murciana de Corvera fueron detenidos los colombianos F.G.A., de 24 años, dirigente de la organización, N.H.O., de 21, y W.Z.O., de 26 años, y se efectuaron dos registros, en los que los agentes encontraron más de 200 gramos de cocaína y efectos para la manipulación de drogas.

En la operación se han intervenido en total seis kilos de cocaína de gran pureza, además de una importante cantidad de precursores y sustancias de corte, cuatro turismos, 54 teléfonos móviles, cuatro ordenadores, 2.000 euros en metálico y diversa documentación que hace referencia a las actividades ilícitas que estaban desarrollando.

Según la fuente, la organización, perfectamente estructurada y jerarquizada, adquiría importantes cantidades de cocaína en Bolivia y, mediante el empleo de personas dispuestas a llevarlas en su interior, la transportaban hasta territorio español vía aérea.