La acusación y la defensa en el juicio contra Juan Daniel P.R y María de los Ángeles R.R por el presunto maltrato, retención ilegal y posterior asesinato de Yurena Vera Pérez realizaron ayer, en una jornada particularmente larga, la exposición de los alegatos finales.

Francisca Sánchez, fiscal delegada contra la Violencia de Género, dedicó parte de su intervención a aclarar el papel jugado por los padres de Yurena en un proceso en el que, en varios momentos, ha salido a relucir el episodio violento ocurrido en 2007 con sus padres a cuenta de la relación amorosa que tenía con un hombre casado y que provocó el abandono del hogar familiar después de acusarlos de darle una paliza. Tras aquel desencuentro, y a pesar de que llegaron a juicio, los progenitores quedaron absueltos porque la joven retiró los cargos. Incluso en un momento de la exposición, Sánchez sugirió, ante la insistencia de la defensa en repetir este dato a lo largo del juicio, la interposición de una demanda por entender que "dañaba la honorabilidad" de estas dos personas. Asimismo, reconoció no haber hablado de este asunto con ellos y que desconoce si lo llevarían a cabo.

Uno de los puntos que más controversia han generado de la declaración de los tíos tiene que ver con la vida que llevaba la joven y que el Ministerio Fiscal ha destacado por ser motivo de contradicciones. Y es que en diversos encuentros mantenidos con efectivos de la Guardia Civil, Mª de los Ángeles y su marido mantuvieron siempre que su sobrina era una "puta que no se bañaba" y que mientras pasaba el día ociosa en casa sin hacer nada ni ayudar en las tareas del hogar, por las noches llevaba una vida disipada y de continuas juergas que en algunas ocasiones, la alejaban de casa y de su hijo durante días. "Por la noche era súper Yurena", dijo en un pretendido tono irónico la fiscal al recordar que durante meses, apenas se vio a la joven en el entorno de la vivienda de sus tíos ni en el propio pueblo porque, según manifestó, "la acusada ejercía sobre ella un control férreo".

La trabajadora social

Especial mención mereció la valoración realizada de la declaración de la trabajadora social del Ayuntamiento de Güímar quien, en el transcurso de las investigaciones, manifestó que había tenido la oportunidad de mantener una charla de hora y media con Yurena cuando los padres acudieron a este servicio preocupados por los rumores que apuntaban a que su hija podía estar sufriendo malos tratos, y se encontró con una mujer sana "que refería odio y rencor a la figura de su madre". Según recordó la acusación, esta funcionaria "no creyó necesario seguir investigando entre los vecinos, ni se atrevió a plasmarlo en su informe o acudir a la Guardia Civil". El asunto fue retomado por la defensa para poner en valor la profesionalidad de una mujer que lleva desde el año 97 ocupando esa puesto en el consistorio güimarero y cuyo testimonio, pensaban, "había pasado casi de puntillas".

Durante el proceso ha quedado demostrado que Yurena padeció un gran sufrimiento antes de que le sobreviniera la muerte. Afectada por multitud de heridas, muchas de ellas gangrenadas, de hematomas y de lesiones necrosadas que provocaron que la infección afectara a órganos vitales, la aparición de su cadáver estuvo rodeada de todo lo contrario: de una enorme limpieza, en las impolutas sábanas que envolvían su delgado cuerpo e incluso en las zapatillas deportivas que supuestamente la habían acompañado en las largas noches de Carnaval. En eso se basa la acusación para decir que el trato dispensado a la joven "no llegó ni a la categoría del que se le da a un perro, no le dieron ningún tipo de atención médica".

La de ayer fue una sesión dura para los familiares de la fallecida. Por primera vez desde que comenzó el litigio, la madre abandonó la sala al no poder soportar escuchar en voz alta varios de los argumentos esgrimidos por los abogados defensores de los tíos, quienes, después de escuchar al Ministerio Fiscal, insistieron en que si bien no tenían ninguna intención de atentar contra la honorabilidad de los padres poniendo en tela de juicio la mala relación existente entre ellos y su hija, también lo era que "sus representados tenían derecho a la defensa" y, por lo tanto, su misión era "discutir" lo que allí se decía.

Mientras la acusación particular mantuvo la petición de prisión para los acusados, los abogados defensores solicitaron el veredicto de no culpable ante la falta de pruebas suficientes.