La división de crímenes contra minorías de la Policía de Nueva York está investigando una serie de ataques ocurridos la pasada noche en el barrio de Queens, donde cuatro cóctel molotov fueron lanzados contra diferentes edificios, entre ellos una mezquita.

Así lo explicó hoy un portavoz de la Policía neoyorquina, que detalló que el primero de esos cuatro incidentes se produjo poco antes de las 20.00 hora local contra un comercio de la zona y tan sólo unos minutos después se registró un ataque similar contra una vivienda cercana.

Media hora más tarde, los ataques tuvieron como blanco el Centro Islámico Imán Al-Khoei, donde se encontraban congregadas cerca de un centenar de personas, mientras que el último de esos incidentes se produjo unas dos horas después contra otra vivienda particular.

La Policía de Nueva York aseguró que nadie resultó herido en esa serie de ataques, que sólo dejaron daños materiales graves en la última de las casas, y que los agentes están buscando a un hombre que habría lanzado los artefactos desde un coche.

La serie de ataques ha sido inmediatamente condenada por las autoridades y el Gobernador del estado de Nueva York, Andrew Cuomo, aseguró hoy en un comunicado que estos actos "van en contra de todo lo que defendemos como neoyorquinos y estadounidenses".

Cuomo añadió que este tipo de ataques "no tienen cabida en nuestra abierta e incluyente sociedad y tenemos que hacer todo lo que podamos para asegurar que Nueva York sigue siendo un lugar seguro y tolerante para todos".

Por su parte, el alcalde de la ciudad, Michael Bloomberg, dijo en otro comunicado que la llamada división de crímenes de odio (contra minorías) de la Policía está trabajando "a toda máquina" para investigar los hechos y determinar si están relacionados con incidentes ocurridos fuera de Nueva York.

"No importa cuál sea la motivación del individuo que lanzó los cóctel molotov en Queens anoche, sus acciones están totalmente en contra del Nueva York que hemos construido juntos", añadió el alcalde.

El incidente se produce después de que el pasado jueves un grupo de líderes musulmanes se ausentase del tradicional desayuno con el que el alcalde neoyorquino despide el año junto a figuras de distintas religiones, en protesta por las prácticas a su juicio discriminatorias de la Policía.