Los investigadores del Equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil con base en Playa de las Américas comenzaron a investigar el caso del asesinato por encargo de una vecina de Candelaria cuando el sicario al que el exmarido le prometió 10.000 euros decidió "subcontratar el servicio", es decir, que fuera una tercera persona quien pusiera la inyección de mercurio a la víctima.

Desde ese momento, los agentes recibieron la información básica para comenzar las pesquisas.

Frente a lo que suele ser habitual, el proceso para esclarecer el caso comenzó al tener el nombre del sicario, así como que la víctima residía en Candelaria y tenía dos hijas menores de edad.

Desde ese momento, los guardias civiles desarrollaron los trámites oportunos ante el Juzgado de Instrucción número Cuatro de Arona para efectuar la intervención de líneas telefónicas con las que se pudo atrapar tanto al supuesto inductor del crimen, A.D.H.B., de 49 años y nacionalidad española, como al sicario, J.J.A.D., de 35 años, residente en el Sur de Tenerife y también de nacionalidad española. El caso fue resuelto durante la semana pasada, por lo que el seguimiento, las vigilancias y las escuchas telefónicas se prolongaron cerca de un mes y medio.

Según la información divulgada por la Comandancia Provincial el pasado jueves, el móvil del intento de asesinato fue de tipo económico. Al separarse el matrimonio, la mujer se quedó con un chalé familiar y una empresa.

El objetivo del exmarido era que las hijas menores heredaran ambas propiedades y que él pudiera administrar las mismas hasta que las beneficiarias fueran mayores de edad.

Curiosamente, a raíz de las mismas pesquisas, el Equipo de Policía Judicial de Las Américas también descubrió que el inductor del asesinato tenía intención de que, si la primera muerte violenta tenía éxito, esperar un año e intentar asesinar también a los padres de su exesposa, pues pertenecen a una familia acomodada.

Costa del Silencio

Uno de los pocos datos que han trascendido sobre el individuo que planeó el asesinato es que su antiguo domicilio se hallaba en la urbanización Costa del Silencio, en el municipio de Arona.

Los dos detenidos, que están acusados del delito de conspiración para cometer asesinato, ingresaron en prisión provisional por orden del titular del Juzgado de Instrucción número Cuatro de Arona.