La Policía Nacional ha desarticulado en Málaga una red que obligaba a mujeres en situación irregular a prostituirse para saldar la deuda que contraían por venir a España y ha detenido a cinco personas responsables de dicha organización.

Los agentes del grupo III de la Ucrif de la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras de la Comisaría Provincial de Málaga han desarticulado una organización que regentaba dos casas de citas en la capital y el municipio malagueño de Fuengirola donde, al parecer, se prostituían mujeres, en su mayoría de nacionalidad paraguaya, que se encontraban en situación irregular en España.

La investigación se inició hace varios meses y ha concluido con el arresto de los cinco miembros principales de la organización además de 10 mujeres en situación irregular. Se han practicado tres registros domiciliarios, en los que se han intervenido diversa cantidad de cocaína, entre otros efectos.

Según las investigaciones, la organización, encabezada por un hombre español y una mujer de nacionalidad paraguaya y apoyada por otros miembros encargados de controlar a las mujeres, captaba a las jóvenes tanto en España como en Paraguay supuestamente con el fin de lucrarse mediante su explotación sexual en las dos casas de citas, ha informado la Policía Nacional en un comunicado.

Esta red obtenía además grandes beneficios económicos, no sólo con la explotación sexual, sino también con la venta de sustancias estupefacientes a clientes que acudían a las viviendas para demandar servicios sexuales.

Por otro lado, a las mujeres que captaban en Paraguay les financiaban los viajes hasta España, contrayendo de esta forma una deuda con la organización que debían abonar ejerciendo la prostitución. Las mujeres eran engañadas sobre las actividades que iban a desarrollar en el país y sobre las condiciones laborales.

Las mujeres eran obligadas a trabajar por periodos de 21 días y disponibilidad de 24 horas, sin poder disfrutar de jornadas de descanso. Además, recibían, según la Policía, una ínfima cantidad económica por los servicios sexuales que facilitaban, reteniendo la organización la mayoría del dinero recaudado.

De hecho, en todo momento eran controladas por miembros de la red, los cuales se aprovechaban del temor de las mujeres a ser detenidas por la Policía ya que estaban en situación irregular en el país.