La Audiencia de Toledo juzga a un individuo, Isidoro L.M., que está acusado de extorsionar a media docena de jóvenes y de violar a dos de ellas, a las que amenazaba de muerte para que le entregaran dinero haciéndose pasar por mercenario de los GAL.

En el banquillo de los acusados se han sentado otras tres personas -Oscar A.M., Rubén F.C. y Antonio R.G.- quienes han explicado al tribunal que el principal acusado, Isidoro, se hacía pasar por cabecilla de la organización de los GAL y que le tenían que ayudar a blanquear un dinero negro, supuestamente procedente de la guerra sucia contra ETA.

A cambio, tanto a ellos como a las jóvenes, dos de ellas menores de edad cuando ocurrieron los hechos en 2004, les ofrecía importantes cantidades de dinero -hasta doscientos mil euros- que les pagaría una vez concluida la operación de blanqueo.

Pero, durante el tiempo que duró este engaño -que tuvo lugar entre julio y agosto de 2004 en varios municipios de la provincia de Toledo y en Madrid- el supuesto cabecilla de los GAL no les entregó ninguna cantidad ni tampoco hubo traslado de maletines.

Lo que hubo, tal y como se desprende de lo dicho en la sala de vistas, fueron encuentros de Isidoro y Oscar con las chicas afectadas en bares, hoteles y domicilios de los presuntos implicados.

En estos lugares bebían y fumaban hachís y donde el primero de ellos también yacía con las jóvenes, a dos de las cuales las obligó a tener relaciones sexuales, tal y como han reconocido ellas hoy durante su declaración, aunque no denunciaron la violación por miedo debido a las amenazas de muerte a ellas y a sus familias.

Sin embargo, Isidoro, que compareció en el juicio ayudado con una muleta, ha negado que hubiera violado a dos de ellas (E.C.S. y M.L.G) y ha explicado que ni siquiera puede tener relaciones sexuales porque está "mecanizado de cintura para abajo" y ello porque, según ha aclarado a preguntas del fiscal, está "operado de cadera y de rodilla".

También ha negado que amenazara a las jóvenes para que tuvieran relaciones sexuales o para que les entregara el dinero, aunque sí ha reconocido que les pidió "pequeñas cantidades" para comprar gasolina y otros gastos menores y que les pidió que se hicieran pasar como su pareja en el caso de que apareciera la policía.

Ha reconocido que las engañaba con dinero ficticio a cambio de que le ayudaran a trasladar un dinero negro que tenía de "una herencia" y que ellas aceptaron el trato.

En su declaración, las jóvenes han reconocido amenazas de muerte por parte de Isidoro si no les entregaba el dinero o accedían a sus peticiones sexuales y han explicado que no han llegado a denunciar los hechos porque las tenía amenazadas de muerte.

Según han relatado las afectadas, la cantidad de dinero que le entregaron a Isidoro (para que éste se costeara su tren de vida de placer y drogas) osciló entre los 600 y los 12.000 euros.

Ninguna de las cinco jóvenes que hoy acudieron a testificar -una sexta no ha comparecido- ha reconocido a dos de los acusados, Rubén y Antonio, unos primos de etnia gitana para quienes su abogado ha pedido, sin éxito, que se les exima de estar en este procedimiento.

ec/jmi

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06/08/15-25/11