El crimen organizado ganó alrededor de 1.500 millones de euros el año pasado gracias al fraude de pago con tarjetas de crédito en la Unión Europea, según un informe difundido hoy por la oficina de policía europea, Europol.

Los criminales que se dedican a este tipo de fraude utilizan principalmente la copia de números secretos mediante instrumental en cajeros así como, principalmente, ataques a la seguridad en los pagos por internet para conseguir así datos bancarios.

Otro método cada vez más extendido por parte de estos grupos es hacerse pasar vía telefónica por un representante de la entidad bancaria para pedir directamente los datos de las tarjetas y cuentas personales.

La mayoría de estos delincuentes proceden de los países del este de Europa, especialmente de Bulgaria, y extienden sus actividades criminales a China y Estados Unidos.

Del informe de Europol, que repasa las principales amenazas a la criminalidad organizada mundial, también extrae otras conclusiones sobre las nuevas tendencias en la UE de las redes de narcotráfico, explotación de seres humanos, piratería, terrorismo y mafias de la inmigración ilegal.

España y Portugal son del centro de gravedad del núcleo de criminalidad del sur de la Unión Europea, donde Europol identifica otros cuatro epicentros de delincuencia internacional (Holanda y Bélgica; Lituania, Estonia y Letonia; el sur de Italia y Bulgaria, Grecia y Rumanía).

La Península Ibérica se destaca en el informe en el capítulo del tráfico de drogas, al ser la principal puerta de la droga a la Unión Europea a consecuencia principalmente de la ruta Colombia-Galicia.

También llama la atención la conexión que ve Europol entre el tráfico de cocaína y la financiación de la actividad terrorista.

Dos ejemplos serían la financiación a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) por parte de los narcotraficantes de la ruta de Colombia a la Península Ibérica y a Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) por las mafias de la droga del oeste de África a la UE por Turquía.