La Sección Sexta de la Audiencia provincial tinerfeña continuó ayer con el juicio en el que se acusa a tres súbditos británicos de un presunto delito de homicidio en grado de tentativa cometido el 31 de julio de 2009, en la zona de Las Verónicas de Playa de las Américas y en el que resultó herido por arma blanca otro súbdito inglés.

La víctima manifestó ayer a través de videoconferencia que "cuando me acuchilló lo tuve cara a cara. Pedí el alta voluntaria en el hospital porque tenía miedo de que aparecieran por allí. Yo sólo había entrado en un súper a comprar una botella de agua antes de regresar al hotel donde me hospedaba".

El fiscal solicita para cada uno de los tres acusados sendas penas de seis años de prisión y multa de 9.000 euros por las secuelas y las lesiones sufridas por la víctima, que recibió en la parte derecha del abdomen una cuchillada de 16 centímetros y que, por suerte, no afectó a ningún órgano vital, ya que de haber sido así habría fallecido.

16 centímetros

La víctima sí que identificó a los tres jóvenes como las personas que se dirigieron hacia él y que uno de ellos portaba un arma blanca con la que le asestó una cuchillada atravesando la musculatura abdominal derecha, herida que de haberse desviado mínimamente hacia el centro hubiera perforado órganos vitales. El joven fue acuchillado por delante en el costado y le salió la hoja del arma por la parte posterior del abdomen, por lo que tuvo que recibir 10 puntos de sutura, según el Ministerio Fiscal.

Por su parte, la letrada de la defensa estima que sus clientes no son culpables y solicita la libre absolución, por lo que durante las dos sesiones ha estado ahondando en si se ha vulnerado alguno de los derechos de los detenidos y si el hecho de que los autores de la cuchillada tuvieran sus cabezas cubiertas con toallas, hiciera sentar la duda en si son o no los tres jóvenes que se sientan en el banquillo los autores del hecho.

En la primera sesión del juicio oral se dio la circunstancia de que asistió el diputado del distrito de donde eran los acusados, pero tras tomar unas notas no regresó ayer a la Sala.

Durante el día de ayer se escucharon los testimonios de los policías nacionales que detuvieron a los tres jóvenes -uno con un cuchillo de 16 centímetros de largo y los otros dos con botellas de cerveza rotas que portaban en sus manos- que protagonizaron la disputa, que se inició simplemente cuando sobre las cuatro y media de la madrugada el acusado David Michael H. se dirigió a la víctima y le preguntó si era de Stone, refiriéndose a la localidad irlandesa, tras lo cual le asestó la cuchillada con el arma blanca que portaba.

Toallas como capuchas

Los tres jóvenes junto a un cuarto que se encontraba en ese momento en los apartamentos habían estado bebiendo desde las once de la noche y según un empleado de un supermercado cercano donde ocurrió el hecho, el más alto se dirigió a la víctima y le clavó el cuchillo, pero también dijo que "no le vio la cara a ninguno porque llevaban toallas como capuchas".

El joven herido se subió en un taxi y pidió que lo trasladaran a un centro sanitario, pero pidió el alta voluntaria, ya que sus padres no tenían medios económicos y no podía estar ingresado más tiempo. Dos días después tuvo que ingresar nuevamente, ya que sangraba abundantemente.