La familia de Ayamonte (Huelva) del bebé supuestamente robado en 1977 en el ya desaparecido centro médico Manuel Lois en Huelva, ha denunciado el caso a la Fiscalía, con el fin de que el Ministerio Fiscal abra una investigación por caso, así como ha pedido mantener una reunión con el fiscal jefe, Jesús Jiménez Soria, ya que los padres creen que éste "sigue vivo, porque la historia no concuerda y nunca vieron su cuerpo".

Según ha explicado a Europa Press Isaac Maestre, letrado de la familia, el objetivo es que se abran diligencias, como ha ocurrido en Málaga y en Sevilla, así como ha insistido en que la familia "no busca a ningún culpable por los hechos, sino saber si este niño vive".

Los hechos se remontan al 19 de marzo de 1977, día en el que nació Francisco Javier. José Rodríguez, padre del bebé supuestamente fallecido, ha recordado que horas después de dar a luz, una enfermera dijo que "se llevaba al bebé para hacerle unas pruebas y ya nunca lo vimos, ni con vida ni sin ella".

Las explicaciones de los médicos, según ha apuntado Rodríguez, radicaron en que "habían surgido complicaciones y el bebé había sufrido una conmoción cerebral" y que en caso de seguir vivo, hubiera tenido grandes daños cerebrales, "sin más explicaciones", a lo que ha añadido que salió del hospital sin su hijo y "sin ningún papel que certificara su muerte".

Varios días después, el padre acudió al centro médico, donde se reunió con un doctor y con una monja, porque los médicos querían que "firmara una autorización para hacerle unas pruebas", a lo que él se negó.

Ese mismo día, según ha recordado José Rodríguez, un conserje le dijo que se acercara al depósito si quería ver el cadáver, pero le fue imposible, ya que un celador "introdujo en un ataúd al niño liado en una manta muy bien cosida", por lo que finalmente el padre no pudo ver el cadáver.

"Lo enterraron sin lápida en el cementerio de Huelva", ha apuntado Rodríguez, quien ha señalado que todas estas contradicciones apuntan a que "el bebé fue robado y que podría seguir vivo". José Rodríguez ha incidido en que en 1977 que esto ocurriera era "impensable" pero con todos los casos que han salido a la luz en los últimos años, mantienen la esperanza de que su hijo continúe con vida.

Del mismo modo, el letrado ha informado que en estos días revisarán en el Ayuntamiento el registro del cementerio onubense para comprobar si hay datos del entierro de este bebé por las fechas indicadas, una iniciativa con la que el Consistorio se mostró colaborador. Esta familia forma parte de la Asociación Nacional de Afectados por Adopciones Irregulares (Anadir), dedicada a la investigación de estos casos.