A primera hora de la tarde en la planta baja del Palacio de Justicia se encontraban sentados los padres y una de las hermanas de Guillermo Cruz Cabrera. Nada extraña si no se prosigue argumentando que en la sede judicial entró Tahuco S.F. acompañado de otro joven. La mirada de la familia de Memo no se hizo esperar y fue el padre quien primero lo reconoció.

Una riñonera negra, un pantalón hasta la rodilla de color negro que dejaba al descubierto las estrellas que tiene tatuadas en su pierna derecha y una sudadera.

Sinda Cabrera, madre del fallecido, comentó que "no hago sino pensar. Si yo hiciera una cosa así me escondería. Jamás lo olvidaré. Cuando me enteré de la sentencia pensé que no hay justicia, sentí mucho dolor e impotencia. Pero creo que existe la justicia divina y que hay un Dios. Antes pensaba que la justicia les iba a castigar por lo que hicieron. Ahora veo que ellos son los protegidos y nosotros los delincuentes. Yo quería a Memo más que a mi vida. Su familia para él era sagrada y le pasó lo que le pasó porque él no podía ver un abuso".

Sinda está medicada desde que le dieron la noticia de la muerte de su hijo porque "de no ser así estaría en la cama. Yo lucho por él. La gente me dice que eso no se hace y que castigan más el matar a un perro, pero son cosas que dicen. Compadezco a los padres como los de Marta del Castillo o los de las niñas de Las Palmas y ahora es cuando entiendo todo esto. Jamás olvidaré. Para ponerles tres años que los dejen en libertad".

Recurso ante el Supremo

El pasado sábado EL DÍA hacía pública la sentencia contra Moisés Taré A.A., Tahuco S.F. y Jonathan A.A., los cuales se sentaron en el banquillo ante su supuesta implicación en el trágico fallecimiento de Guillermo Cruz Cabrera, conocido por Memo, el cual según la sentencia dictada por la Sección Segunda de la Audiencia Provincial tinerfeña murió accidentalmente a consecuencia de un golpe en la cabeza que fue precedido de un puñetazo.

Tras recibir el golpe en el ojo, el joven cayó y se quedó sentado para después desplomarse y darse un fuerte golpe en la cabeza que le supuso una hemorragia tan fuerte que nada se pudo hacer por su vida. En definitiva, el texto legal asegura que Guillermo Cruz murió por accidente y que a Moisés Taré A.A. se le condena a cinco años, diez meses y 15 días por un delito de homicidio imprudente, otro delito de lesiones, una falta de lesiones, así como un delito de seguridad vial de conducción temeraria con manifiesto desprecio de la vida y conducir vehículos de motor sin el permiso reglamentario.

Tahuco S.F. ha sido condenado a un año de prisión que cumplirá al constarle antecedentes penales, según ha podido saber EL DÍA, mientras que Jonathan A.A., también sentenciado a un año de cárcel, puede que no lo cumpla al no tener condenas judiciales previas.

Santiago Martínez, abogado de la familia del fallecido, acudió ayer al Palacio de Justicia para presentar el anuncio de recurso de casación al abrirse el plazo de un mes para recurrir ante el Tribunal Supremo (TS) al estar en disconformidad con el fallo de la sentencia. Para Martínez, "según la sentencia, la muerte de Guillermo Cruz Cabrera es accidental y la pena a imponer en esos casos es de uno a cuatro años y se le han impuesto tres años a Taré A.A. La familia va a recurrir el fallo, ya que el Tribunal Supremo deberá decir si es homicidio imprudente o doloso, ya que se deben considerar los hechos acaecidos previamente a la acción, pues a priori y a posteriori no se condena igual. No es lo mismo dar un empujón que, como en este caso, mostrar una actitud violenta, llegar a San Andrés y aparcar el coche, intervenir en la pelea, marcharse y no avisar a la Policía ni a una ambulancia, y no sólo golpear a Memo, sino participar en dos peleas previas con dos chicos que se encontraban junto al escenario. Nosotros estimamos que lo que ha existido es un delito de homicidio doloso. La intención que tenían era la de causar daño sea a quien sea".

La hipótesis que algunos barajan en torno al posible delito de homicidio doloso es que se produjo una pelea de varias personas contra Guillermo Cruz Cabrera.

Para el abogado de la familia de la víctima "van a ir a por todas porque la pena que se le debe imponer es de 12 a 15 años".

Durante los días que duró el juicio, tanto los familiares de los acusados como los del finado intentaban por todos los medios entrar en una sala que se había quedado pequeña y es que los unos y los otros querían escuchar lo ocurrido cerca del Castillo de San Andrés. Sólo faltaba el testimonio de Guillermo Cruz, que, desafortunadamente, falleció tras haber recibido un golpe fatal en la cabeza que no tenía cura.

Homicidio imprudente estimó la Sala, es decir, cuando se causa la muerte sin haber pretendido dicho fin con una acción que en esta ocasión fue un puñetazo.