Un hombre de 66 años ha sido condenado por la Sección Segunda de la Audiencia Provincial tinerfeña a 17 años de prisión al ser considerado autor de dos delitos continuados de abusos sexuales en las personas de dos de sus nietas entre 2005 y 2009, en el Sur de la Isla, aprovechando las visitas que hacía a casa de su hija cuando esta se encontraba ausente por motivos de trabajo. Asimismo deberá indemnizar a las menores en 20.000 euros por los daños morales causados a las mismas.

Pese a que el acusado manifestó en su turno que su hija lo había denunciado porque le había pedido dinero, el Tribunal estimó que tales "burdas excusas y su propio relato y actitud en el plenario no ofrecen la menor credibilidad. Por todo lo expuesto el procesado es merecedor del reproche penal, siendo su actuación altamente reprochable, pues realiza sobre sus nietas graves actos de abusos sexuales, durante un largo periodo de tiempo, tocándoles los pechos e incluso sus partes íntimas... enseñándoles expresiones propias de prostíbulos a unas niñas que pese a su corta edad eran muy infantiles y recatadas", como él mismo reconoció en el juicio oral, actos que realizaba en el domicilio de su hija, en el cuarto de la azotea, en su casa y en una cueva, estando totalmente a su merced. Tras consumar dichos tocamientos y accesos carnales con las menores, el procesado entregaba a una de las niñas cinco euros o golosinas con la finalidad de que no contara nada de lo que les había hecho.

Gravedad de lo ocurrido

En la sentencia se recoge que "se impondrá por cada uno de los delitos continuados de abusos sexuales la pena de ocho años y medio de prisión teniendo en consideración la gravedad de las agresiones sobre dos menores, sus propias nietas, durante un largo periodo de tiempo". El acusado llegó a decir en el juicio que "eran sus nietas las que lo provocaban -una de 9 años y otra de 11-.

Las pruebas periciales realizadas para explorar a las menores mostraron que sus relatos eran congruentes. Una de las niñas no había contado nada porque pensaba que si lo hacía la ingresarían en un centro de menores.

El Ministerio Fiscal había solicitado por dos delitos continuados de agresión sexual un total de 20 años de prisión y una indemnización de 40.000 euros por los perjuicios, mientras que la defensa en un primer momento solicitó la libre absolución, aunque también propuso alternativas de penas entre 2 y cinco años por abusos sexuales.