Agentes de la Guardia Civil pertenecientes al Área de Investigación del Puesto de Valdemoro han esclarecido un caso de estafa piramidal en su localidad, camuflado bajo la apariencia de un club de inversores en bolsa, con la detención de los regentes de un locutorio de Valdemoro, ha informado la Comandancia de Madrid.

Varias personas habían presentado denuncia ante la Guardia Civil tras haber entregado dinero a una mujer, que les había prometido grandes beneficios en el mercado bursátil, sin que les hubiera entregado ninguna ganancia.

La investigación reveló que la mujer, que regentaba un locutorio junto a su marido, decía actuar respaldada por una empresa de recarga de teléfonos móviles en la que estaba contratada. Esa empresa confirmó a la Guardia Civil que no realizaba esa actividad económica, y que por ello, ninguno de sus empleados podía hacerlo en su nombre.

Los agentes del Puesto de Valdemoro no tardaron en averiguar el método utilizado por la encartada para engañar a sus víctimas: tras convencer a varias personas de la conveniencia de invertir en bolsa a través de ella, estas le entregaban 200 euros, por el que recibirían siete euros al día en concepto de beneficios. Esa aportación inicial era empleada por la estafadora para el pago de los supuestos dividendos de otras nuevas víctimas.

Una vez que se había ganado la confianza de los supuestos accionistas, la estafadora les ofrecía una nueva modalidad de inversión, que necesitaba de un capital mayor, normalmente de 2.000 euros, que les reportarían unas ganancias de 30 euros al día.

Las víctimas jamás llegaron a percibir ningún emolumento ni devolución de su inversión. Al sospechar que estaba siendo investigada, la mujer se personó en el Puesto de Valdemoro, haciéndose pasar por estafada, alegando que la empresa para la que trabajaba era en realidad la cúspide de la estafa piramidal.

Cuando se vio cercada ante las numerosas pruebas que existían contra ella, aportó voluntariamente los libros de contabilidad en los que había anotado las aportaciones de sus víctimas.

Por ello, fue detenida en compañía de su marido, que tenía pleno conocimiento de la actividad ilícita que se realizaba en el locutorio, y que ayudaba a su esposa en la comisión de los delitos. Los dos detenidos, F.E.M.M., ecuatoriana de 38 años de edad, y su marido, H.M.G.R., también ecuatoriano de 37, han sido acusados de un delito continuado de estafa.