Las víctimas de los 26 presuntos estafadores de "time-sharing" (tiempo compartido) llegaban a pagarles entre 3.000 y 5.000 euros por la gestión de una reventa de sus semanas de vacaciones que nunca se producía.

Cabe recordar que miembros del Cuerpo Nacional de Policía llevaron a cabo el arresto de los acusados entre el martes y el miércoles de la pasada semana. Agentes especializados de la Brigada Central de Policía Judicial de Madrid, con el apoyo de funcionarios de la Comisaría del Sur y recursos del Grupo provincial de Delitos Económicos y Tecnológicos, accedieron a diversos locales o viviendas desde donde operaban supuestamente los implicados.

Una fuente del sector económico de propiedades a "tiempo compartido" consultada por EL DÍA explicó que los presuntos autores de estas estafas actúan a través de empresas ficticias, a las que revisten de una falsa credibilidad.

Para conseguir que las víctimas "piquen en el anzuelo", los individuos se inventan sellos, firmas y hasta los nombres de notarios que no existen, según el citado experto. Con esa cobertura, los presuntos estafadores acceden a listados de propietarios de inmuebles de "time-sharing", que pueden obtener a través de piratas informáticos ("hackers") o empleados desleales de compañías serias del sector. Posteriormente, los implicados realizan numerosas llamadas telefónicas a las potenciales víctimas, a quienes les explican que han conseguido revender su semana de vacaciones por 25.000 euros, por ejemplo. Seguidamente, los presuntos estafadores solicitan a las víctimas que les envíen 3.000, 4.000 ó 5.000 euros para cubrir los gastos de gestión o administración de la transacción.

Supuestamente, ese dinero estafado era ingresado por los afectados en diversas cuentas bancarias, que, al parecer, pertenecen a sucursales de entidades financieras establecidas en Tenerife.

Los investigadores del Cuerpo Nacional de Policía llevaban varios meses investigando el asunto y decidieron llevar a cabo los arrestos durante la pasada semana.

Según una de las fuentes consultadas, los agentes de Policía Judicial consiguieron desmantelar, al menos, media docena de dichas empresas ficticias. Para abrir las cuentas bancarias, los implicados utilizan, generalmente, documentación y pasaportes falsificados.

Sociedades de corta vida

La trayectoria de esas sociedades desde las que supuestamente se cometen estafas es muy corta, apenas cinco o seis meses. Después, los líderes de estas organizaciones las cierran y abren otras con nombres diferentes.

Al parecer, la mayoría de los arrestados son de origen alemán, aunque también hay ciudadanos naturales del Reino Unido, un español y un ciudadano de Europa del Este, según los datos que han trascendido hasta ahora.

Cabe recordar que, hace poco más de un año, las fuerzas de seguridad también desmantelaron una trama de supuestas estafas, donde varios de los acusados tienen nacionalidad francesa.