El local de la agencia de viajes de San Isidro, en Granadilla, donde supuestamente se cometieron estafas a centenares de personas a finales del año pasado ha abierto al público de nuevo. El hecho genera estupefacción e indignación entre numerosas personas que padecieron la cancelación de reservas. El caso saltó a la opinión pública a mediados de enero, después de que los afectados no pudieran viajar o regresar a Tenerife desde diversos países sudamericanos y caribeños.

En el local han cambiado los letreros de la fachada, aunque la actividad económica aparentemente es la misma. Si antes se destacaba el nombre de "Viajes Bikain", así como "Venezuela. Envíos de dinero -rent a car-, excursiones"; en el nuevo rótulo se puede leer: "Viajes y salud. Campamentos vacacionales, bio-excursiones, turismo ecológico y cursos de formación". Eso en la parte alta de la entrada, porque en un lateral de la puerta figuran anuncios con los precios de varios destinos: "Venezuela, 547 euros; Quito (Ecuador) 612 euros; Argentina, 785 euros; Cuba, 825 euros; o Chile, 909 euros", entre otros.

El caso de presunta estafa llegó a la opinión pública el 12 de enero de 2010, después de que numerosas personas, sobre todo latinoamericanas, acudieran a denunciar en el Juzgado de Guardia y en el puesto de la Guardia Civil.

Muchos vecinos ofrecieron sus testimonios y relataron que habían sido víctimas de un engaño en la agencia de viajes domiciliada en el número 181 de la céntrica avenida de Santa Cruz.

Los denunciantes coincidían al plantear sus problemas: la mayoría acudió a comprar billetes de ida a sus países y vuelta a Tenerife atraídos por los bajos precios. Agentes del Instituto Armado llevaron a cabo una concienzuda investigación y realizaron un registro en el local. Gracias a esas pesquisas, se descubrió que la directora y propietaria del negocio, identificada en tarjetas corporativas como Laly Navarro, viajó a Venezuela el 20 de diciembre. Una semana después del escándalo, la presunta autora de la estafa se puso en contacto con los guardias civiles para confirmar que se hallaba en el país bolivariano porque sufría un grave problema de salud. Además, en la conversación telefónica con los funcionarios de la Benemérita dijo que regresaría a Tenerife y respondería a todas las víctimas del supuesto fraude. Casi dos meses más tarde, la sospechosa volvió a la Isla y se dirigió al domicilio de la empleada para exigirle las llaves del local donde tenía la agencia.