Un hombre acusado de supuestamente abusar sexualmente de dos mujeres en su domicilio en Las Palmas de Gran Canaria, afirmó hoy que con una de ellas el encuentro fue consentido, mientras que negó haber mantenido relaciones con la otra denunciante. Comentó que en ambos casos estaban "todos superdrogados".

La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Las Palmas acogió hoy el juicio contra R.E.M.B., de nacionalidad chilena y sin antecedentes penales, para quien la Fiscalía solicita 12 años de cárcel por dos presuntos delitos de abusos sexuales, mientras que la defensa solicita la libre absolución.

El procesado admitió que la noche del 31 de mayo de 2008 se encontraba en su domicilio de la capital grancanaria y realizó prácticas sexuales con una amiga de su entonces novia y que se encontraba durmiendo en el sofá del salón.

AFIRMA QUE FUE "UN ROLLO"

A pesar de que la víctima dice que recriminó su acción al varón, éste incidió en que tuvieron "un rollo". "Nos besamos y tocamos mutuamente. Mi novia estaba en la habitación de al lado. En ningún momento hubo fuerza, sino que fue todo consentido", reiteró R.E.M.B..

"Fue una paranoia, ése día estábamos hasta arriba de droga. Estábamos todos superdrogados", argumentó el acusado, que dijo que la chica, colombiana, se quedó en varias ocasiones en su casa, y subrayó que ese día, tras el encuentro sexual, permaneció hasta la tarde con él y su novia.

Un mes después, el día de San Juan, la pareja se encontró de forma casual en la calle con la chica, que, posteriormente, relató los supuestos abusos sexuales a la novia de R.E.M.B., que, debido a ello, decidió romper la relación.

Sin embargo, la víctima declaró como testigo que esa noche había tomado "una cerveza" y estaba "sobria". Se quedó dormida en el sofá en la casa de su amiga y se despertó al sentir cómo el acusado supuestamente le abusaba sexualmente.

"PERDÍ A MI FAMILIA"

"Él forzó la situación, yo no quería, empecé a llorar y el paró, luego me puso la mano en la boca diciéndome al oído que no dijera nada de lo sucedido, ya que era un secreto" entre los dos, añadió.

La víctima incidió en que "es mentira" que la relación fuera consentida y rechazó haber consumido drogas. Cuestionada sobre por qué no había denunciado antes los hechos, reconoció que "tenía miedo de represalias" y de que no la "creyeran".

"De la noche a la mañana perdí a mi familia, ya que ellos justo esa noche me dijeron que eran como mis hermanos y que no me iban a dejar sola en este país", agregó. Igualmente, negó que tras lo acontecido continuara durante todo el día 31 de mayo en casa de su amiga junto con el acusado.

"EN BUSCA DE UN PORRO"

Por otro lado, en otra circunstancia, sobre las 12.00 horas del 9 de agosto de 2008, el acusado se encontraba en su domicilio, que compartía con un amigo, y se dirigió al dormitorio donde se encontraba éste con su novia acostada desnuda en la cama.

R.E.M.B. argumentó que esa noche salieron "de marcha, de drogas y copas" y terminaron en un after hours. Posteriormente, volvieron "por separado a la casa".

Indicó que antes de dormir se dirigió a la habitación de su amigo y le intentó despertar tanto a éste como a su pareja para pedirles "un porro". "Sólo fui a buscar un porro", apuntó el procesado, consumidor habitual de marihuana, que dijo que todos eran "amigos" y negó haber abusado sexualmente de la chica.

"Cuando yo iba saliendo ella se despertó, se levantó y cerró la puerta, después el novio vino a pedirme explicaciones y a preguntarme qué había hecho", señaló. "Habíamos bebido bastante los tres y habíamos tomado pastillas y ''eme'', unos polvos que se echan en una botella de agua", argumentó.

En cambio, la chica dijo que R.E.M.B. "aprovechó" que ella estaba dormida y supuestamente le practicó tocamientos, por lo que se despertó y él abandonó la habitación.

Ante dicha situación ella se levantó para irse y, mientras le escribía una nota a su pareja, el procesado intentó entrar de nuevo en la habitación, por lo que ella dio un portazo. De este modo, su novio se despertó, le preguntó qué había pasado y ella le dijo que hablara con el acusado. Posteriormente, ella le contó "toda la historia" y decidieron ir a denunciarle en la Policía.

"ME SENTÍ SUCIA"

"Nunca me pidió porros porque él tiene su propia caja en el salón", remarcó la víctima, que, entre lágrimas, afirmó que antes del suceso eran "como una familia", pero después se sintió "sucia".

Además, reconoció que esa noche sí había bebido, pero negó haber consumido drogas. "Yo no me meto nada de eso, estoy en contra de las drogas totalmente", aseveró la mujer, que redundó en que desde entonces "no puede dormir" y siente "miedo".

La defensa del acusado solicita la libre absolución para su cliente, mientras que la Fiscalía pide para R.E.M.B. la pena de seis años de prisión por cada uno de los dos delitos de abuso sexual, así como la prohibición de aproximarse a ambas mujeres, acudir a su domicilio o lugar de trabajo o comunicarse con ellas de cualquier forma durante ocho años.

Además de la pena privativa de libertad, reclama que el procesado indemnice con 5.000 euros a cada una de las afectadas.