El cadáver de una mujer francesa de 35 años de edad fue encontrado ayer en el interior de un depósito de agua próximo al caserío de El Bailadero, en el Macizo de Anaga, en el municipio de Santa Cruz de Tenerife. La víctima es una senderista que estaba alojada en el albergue del Cabildo en dicho paraje protegido.

Un trabajador de dicho recurso turístico explicó que la fallecida salió a caminar el miércoles. La ciudadana gala desayunó muy temprano, a las 7:30 horas, cogió su mochila y salió de las citadas instalaciones. Dicho empleado detectó su ausencia cuando no acudió a cenar por la noche. Entonces se dio aviso al Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (Cecoes).

A tenor de la primera inspección ocular del cuerpo y el paraje donde se halló, los investigadores trabajan con la hipótesis de que se trata de un fallecimiento accidental. Sin embargo, las circunstancias reales de la muerte se conocerán una vez que se hagan públicos los resultados de la autopsia.

A las 8:45 horas de ayer se activó la búsqueda y los diferentes recursos se repartieron las zonas a las 9:30 horas. En la intervención participaron la Unidad de Montes de la capital tinerfeña, el Grupo de Rescate de la Unidad de Intervención Policial (Unipol), el Cuerpo Nacional de Policía, los voluntarios de Protección Civil y Ayuda en Emergencias Anaga.

Las batidas se centraron en las salidas de los senderos que parten desde el albergue, es decir, en áreas como El Draguillo, Las Casillas o Igueste de San Andrés. Sin embargo, el cadáver apareció a las 11:50 horas dentro de un depósito de agua de El Bailadero. El cuerpo fue sacado de allí por una dotación de bomberos del parque de Santa Cruz.

La investigación del caso corresponde a la Brigada de Policía Judicial del Cuerpo Nacional de Policía, que inspeccionó el lugar donde se encontró el cuerpo, así como el propio cadáver para efectuar el correspondiente informe.

Un empleado del albergue explicó que por el lugar donde apareció la senderista, un depósito de agua a menos de 200 metros de las casas de El Bailadero, no pasa ningún camino conocido.

La localización del cuerpo fue posible porque, junto al citado depósito, estaba la mochila de la senderista.