Un tribunal de Mönchengladbach (oeste de Alemania) inició hoy un proceso contra el director de una clínica de Wegber y cinco de sus facultativos acusados de haber causado la muerte por negligencia a siete personas y de haber provocado daños físicos a otras sesenta.

Según la Fiscalía, la clínica buscó reducir costes utilizando zumo de limón para desinfectar heridas abiertas y ahorrando en medicamentos y en sangre para transfusiones.

La acusación sostiene que la muerte de esas siete personas fue fruto de la falta de higiene de las instalaciones hospitalarias.

El equipo médico está acusado también de realizar operaciones innecesarias en pacientes a los que extirparon vesículas biliares, fragmentos de intestino e incluso riñones sanos.

El propietario y director de la clínica, de 53 años, adquirió el pequeño hospital de St. Antononius al municipio de Wegber en 2006 por un montante de 26.000 euros.

El acusado sigue siendo gerente de la clínica, después de que se le retirara la licencia médica y está en libertad tras pasar varios meses en prisión preventiva.

Para el proceso sobre el escándalo médico, que ha provocado indignación en Alemania, la Fiscalía llamará a declarar a 106 testigos y seis expertos.

Tras 24 sesiones, el juicio concluirá previsiblemente en marzo.