España, que en 2018 fue el principal punto de entrada de migrantes a la Unión Europea (UE) con 56.844 llegadas irregulares, el doble que en 2017, podría volver a registrar un nuevo récord al alza en 2019, según la agencia europea de control de fronteras externas, Frontex.

Las llegadas a España se produjeron a través de la llamada ruta del Mediterráneo occidental, que registró un aumento del 157% respecto a 2017, con 55.307 individuos mientras que la ruta del Mediterráneo central desde Libia y Túnez a Italia registró una caída del 80%, con 23.276 entradas.

Además, otros 1.337 migrantes en situación irregular llegaron a España por tierra, lo que representa una caída del 10% respecto a 2017.

El número de llegadas totales a la UE cayó en 2018 hasta los 150.114 migrantes en situación irregular respecto a los 204.750 de 2017, lo que representa un 27% menos. Además de las citadas rutas del Mediterráneo occidental y central, otros 55.878 migrantes llegaron por la ruta del Mediterráneo oriental, especialmente sirios, afganos e iraquíes, lo que supone un aumento del 32% respecto a las llegadas de 2017. Un total de 5.451 más lo hicieron a través de la ruta de los Balcanes occidentales, menos de la mitad de los 12.179 de 2017, a los que se suman 4.327 (-30%) por la ruta circular de Albania a Grecia, y otros 1.487 individuos a través de la ruta de África occidental hacia Canarias, cuyo volumen se multiplicó por 3,7 respecto a las 399 llegadas de 2017.

Por último, 997 personas llegaron a través de las fronteras europeas del este (+33 %).

En 2018, en la UE se detuvo a 10.642 facilitadores" de la inmigración ilegal y se registraron 148.121 devoluciones de inmigrantes, agrega el informe de Frontex. "No hay una crisis acuciante de migrantes irregulares", pero "se puede ver que hay presión", según el director ejecutivo de Frontex, Fabrice Laggeri.