Con la llegada del último mes del año, aparecen también las reuniones familiares y los planes de futuro para el año que viene. Algo que, normalmente nos trae más buenas emociones que malas, también nos hace desear irnos a otro sitio cuando hay demasiados familiares cerca.

Lo cierto es que esto es posible con más facilidad de la que solemos pensar, y no excluye en absoluto poder pasar tiempo de calidad en familia. Siempre es posible disfrutar de unas vacaciones en casa, pero también está la opción, cada vez más elegida en fechas especiales, de visitar zonas alejadas para celebrar unas fiestas dignas de recordar conociendo un país distinto.

Una de esas zonas que se recomiendan tras su visita y se recuerda con nostalgia es la ciudad de Innsbruck en Austria, una de las ciudades más bonitas de toda la zona de los Alpes austríacos. Un lugar que está a mitad de camino entre una ciudad congelada en el tiempo y una ciudad actual y moderna.

Su remota ubicación en el interior de los Alpes austríacos convierte a Innsbruck en un tesoro que espera ser descubierto. Con un gran número de monumentos, calles llenas de vida y encanto, y unas celebraciones navideñas diferentes y llamativas.

Una celebración diferente de las fiestas navideñas

Si decides comprobar por ti mismo o misma estas festividades en una ciudad con una cultura diferente sobre las fechas navideñas, verás cómo es un recuerdo inolvidable que recordarías durante años.

Ya comienza con San Nicolás, el día 6 de diciembre, también está presente con una celebración distinta. En años anteriores, la llegada de San Nicolás venía acompañada por “Krampus”, un sirviente del infierno que asustaba e intimidaba a los niños que se habían portado mal. Aunque esto ha cambiado y ahora mismo Krampus tiene su propia cabalgata y evento propio como puedes ver en el vídeo siguiente:

https://youtu.be/xxrikf0p6os

Cultura, paisaje y deportes invernales

Si dejamos de lado la celebración navideña, Innsbruck y el resto de ciudades de los Alpes austríacos tienen motivos más que de sobra para ser un destino turístico digno de tenerse en cuenta.

Por un lado, su ubicación en el centro del Tirol austríaco rodeado de grandes montañas y el río Inns a su lado, ofrecen a sus visitantes un paisaje de postal que podría tomarse como el paraíso de los amantes de la montaña y la nieve.

Al norte de la ciudad de Innsbruck se encuentra el monte Nordkette, al que se puede acceder mediante un teleférico si no quieres andar demasiado y desde donde se puede apreciar unas vistas impresionantes de toda la zona.

Además de sus vistas, también merece la pena destacar la cultura y la arquitectura de la ciudad, con un casco antiguo lleno de detalles y en perfecto estado de conservación. Un lugar que en épocas de festividades como la Navidad se llena de luces por la noche y lo hace resaltar aún más.

Finalmente, las personas amantes de los deportes de invierno también tienen su hueco en esta zona de los Alpes. Pues incluso en verano es posible practicar el esquí a menos de una hora de distancia de la ciudad gracias a la presencia de glaciares que mantienen la nieve durante todo el año y permiten el acceso a la práctica permanente de los deportes invernales.

Como ves, los destinos alternativos para Navidad existen y tienen mucho encanto. Si estás pensando en un plan distinto para este año, o los que vienen, quizá los Alpes sean una opción a considerar.