Las oleadas de pateras que han llegado a las costas españolas este año rememoran la crisis de los cayucos de 2006 y, aunque desde entonces la presión migratoria había dibujado una curva descendente, 2017 ha roto la tendencia hasta el punto de que la cifra de inmigrantes llegados a nuestro país casi se ha triplicado. Una buena climatología hasta bien avanzado el año y las redadas de la Gendarmería marroquí en los entornos de las fronteras de Ceuta y Melilla explican estas llegadas masivas.

De hecho, y a la espera de que concluya el año, noviembre ha sido el mes más intenso, con 5.687 llegadas, muy por encima de las 3.071 de junio. En total, 19.977 inmigrantes accedieron a España hasta el pasado 12 de diciembre, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).