El envejecimiento de la población europea no lleva a un continente más conservador, según concluye el estudio "¿Una política gris o plateada en las democracias que envejecen en Europa?", promovido por el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB).

El profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Duisburg-Essen y autor del estudio, Achim Goerres, que lo presentó ayer, concluyó que "no hay datos empíricos" que demuestren que cuanto más mayor se es, se tiene un comportamiento político más conservador y que este pensamiento "intuitivo" es "un gran mito".

El estudio se ha elaborado como parte del proyecto interdisciplinar "¿Democracias que envejecen? Participación política y valores culturales de la gente mayor en Europa", redactado por el CCCB y la Open Society Foundations, que ha abordado el tema desde las ciencias sociales, pero también desde las artes y la filosofía.

El director de la Open Society Foundations, Jordi Vaquer, afirmó que "no hay una regla general que defina que el voto cerrado es de los mayores y que el voto abierto es de los jóvenes", sino que depende de muchos más factores que la edad.

Vaquer ejemplificó su tesis al comparar el comportamiento electoral de los franceses de más edad en las elecciones presidenciales de ayer, en las que el porcentaje de voto a Le Pen de los mayores de 70 años es más bajo que la media, con el referéndum del "brexit", donde la población inglesa envejecida sí optó mayoritariamente por dejar la Unión Europea.

El estudio muestra cómo la diferencia entre el porcentaje de gente joven y el de gente mayor, que apuesta por disminuir las diferencias económicas entre ricos y pobres, es reducida y que, en algunos países, los más mayores apoyan más la redistribución.

El estudio también concluye que los mayores son igual o más activos que los jóvenes: el 85% de los mayores de 60 años participan con su voto o de otras maneras (manifestaciones, recogida de firmas, etc.), contra el 63% de los jóvenes entre 18 y 29 años.

Según Goerres, las experiencias y vivencias personales y sociales que comparten una generación pesan más que su edad a la hora de explicar los diferentes comportamientos políticos, y por eso las poblaciones mayores de democracias más nuevas son diferentes a las de democracias más consolidadas.

El académico defendió que la población envejecida "no puede ser tratada como un grupo uniforme" y que no hay una "brecha clara entre jóvenes y mayores" en los temas de debate actuales, en un contexto europeo de auge de opciones políticas de extrema derecha.

Según las previsiones demográficas de la Comisión de la Unión Europea, la población en la UE llegará a los 526 millones de personas en 2050, de los cuales el 30 % tendrá más de 65 años.