Uno de los pulmones oceánicos que libran al planeta de buena parte de las emisiones de CO2 provocadas por el hombre, la región del Atlántico situada en torno al trópico de Cáncer, dejó de funcionar durante la primavera de 2010 debido a un alza de 3,4 grados en la temperatura del agua.

La revista Scientific Reports, del grupo "Nature", publicó un estudio que advierte de que los océanos pueden pasar de depurar la atmósfera a cargarla con todavía más gases de efecto invernadero.

Como resultado del aumento de temperaturas, ese pulmón oceánico "se colapsó" temporalmente, de modo que la región, que cada año depura unas 29 millones de toneladas de CO2 solo entre febrero y mayo, en la primavera de 2010 expulsó a la atmósfera solo 1,6 millones de toneladas.