Cuando alguien contrata a un cerrajero para un trabajo puntual que no requiere inmediatez o en medio de una emergencia, está dejando la seguridad en manos de este profesional. No hablamos solo de bienes materiales, también hablamos de la tranquilidad de la familia que los posee.

En los últimos años, sin embargo, las malas prácticas han lastrado mucho al gremio de cerrajeros. Por un lado, están los falsos cerrajeros que, incluso disfrazados de profesionales y llevando los enseres propios del oficio, se han dedicado a hacer copias de llaves a esos clientes estafados para luego entrar a robar en sus viviendas.

Por otro lado, las organizaciones de consumidores y algunos clientes han denunciado precios abusivos en el servicio urgente, llegando a cobrar cantidades desorbitadas por abrir una puerta con una radiografía. Clientes que, además, han podido comprobar cómo los precios habían sido pactados, como le sucedió a una pareja de Valencia.

Para evitar situaciones de este tipo, lo mejor es tener información. Por ello, recopilamos cinco requisitos básicos del buen cerrajero.

1. Trabajo contrastado y contrastable

Solemos tener en cuenta las opiniones que personas del círculo más cercano tienen acerca de ciertos establecimientos, y con los cerrajeros debería suceder igual. Una experiencia positiva, contada por alguien de confianza que es capaz de emitir un juicio objetivo sobre su trabajo, ese es el mejor aval que tiene un cerrajero profesional.

No está de más, por lo tanto, dotarse de una pequeña lista de posibles cerrajeros a los que acudir en caso de emergencia. Eso evitará, en medio de una situación desesperada, recurrir al primero que salga en Internet y tener más posibilidades de caer en la trampa.

Por otra parte, al decir que el trabajo del cerrajero ha de ser contrastable, nos referimos a ser capaces de comprobar que ha procedido de la forma correcta.

2. Ofrecer servicio urgente 24 horas

Lo de ofrecer servicio 24 horas para atender un trabajo urgente es algo habitual hoy día dentro del gremio. En la provincia de Valencia, por ejemplo, es común encontrarse con empresas como cerrajeros paterna, que trata de posicionarse como “cerrajeros 24 horas paterna” o como “cerrajeros de urgencia”. Está claro que las emergencias no entienden de días ni de horas, que cualquiera puede tener un problema con la cerradura en el momento más inesperado.

Claro está que, dadas las múltiples posibilidades que engloba eso de urgencia, no es suficiente con que el cerrajero pueda proveer un servicio de calidad las 24 horas. También tiene que ser versátil.

En la misma provincia de Valencia, cerrajeros burjassot no solo aseguran en su página web ser cerrajeros urgentes, sino ser capaces de atender cualquier tipo de trabajo, lo que incluye apertura de coches. Así pues, aseguran poder realizar “cualquier apertura de puerta, cambio de cerradura o bombillo” y otros trabajos que incluyen cajas fuertes, persianas y cerraduras electromagnéticas, pivotes anti alunizaje, etc.

3. Posibilidad de dar un presupuesto cerrado

Lo de la versatilidad también incluye la reparación o instalación, de cerraduras antibumping, se trate o no de un trabajo con carácter urgente. Si se trata de cerrajeros 24 horas y estamos tomando como referencia la provincia de Valencia, cerrajeros torrente también destaca en este aspecto.

Para evitar las prácticas abusivas mencionadas, esas que han puesto en el punto de mira injustamente a todos los profesionales del sector, el cliente debe ser consciente de su poder como consumidor. Hay forma de evitarlas.

Por ejemplo, solicitando un presupuesto cerrado antes de que el profesional proceda a realizar el trabajo y tratando de que éste esté lo más detallado posible. El trabajo de un cerrajero incluye coste de material y mano de obra, gastos de desplazamiento y otros pluses asociados, como la nocturnidad o la disponibilidad 24 horas. Y a todo esto, además, se deben sumar los impuestos.

Solicitar el presupuesto evitará que el cerrajero, realizado el trabajo y aprovechando la desinformación previa, agregue unos euros de más a la factura final. Además, permitirá a la persona ponerse en contacto con otro profesional si el precio que da el primero es considerado desproporcionado.

Si se cree que estos precios han sido pactados con anterioridad entre las empresas de cerrajería, será mejor ponerse en contacto cuanto antes con alguna organización de consumidores para denunciarlo. Si hay otras personas afectadas, su unión hará fuerza para poder reclamar en el futuro compensaciones en concepto de daños y perjuicios. Aunque deberán actuar otros organismos como la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) para dirimir si en realidad existieron prácticas abusivas y sancionarlas.

4. Dar garantías

Algo que ofrecerá mucha confianza al cliente (porque además es su derecho consumidor) es que la empresa sea capaz de ofrecer garantías.

Así pues, empresas como cerrajeros aldaia, además de tratar de llegar al cliente asegurando ser cerrajeros económicos y realizando apertura de puertas urgente, también ofrece garantías. En concreto, y según citan en su página web, sus trabajos tienen “6 meses de garantía por escrito en la factura”, abarcando no solo los materiales, sino también la propia instalación y la reparación.

No tendría sentido ofrecer garantías si no hay luego posibilidad de reclamar. Además de un teléfono de contacto, debe existir la opción de acudir a una sede física. Es mejor asegurarse de que ésta existe, porque en este punto pueden quedar excluidas todas las empresas de delincuentes que se anuncian a través de pegatinas de publicidad.

5. Ser meticuloso con los detalles

Ser meticuloso con los detalles pasa por que la observación del trabajo del cerrajero no deje lugar a dudas: hay trabajo ordenado, limpieza, eficacia, no más tiempo del necesario.

Pero pasa también por la forma de actuar del profesional. Si hacer llegar al cliente algo que acredite que se trata de un verdadero profesional, como un seguro. Del mismo modo, un buen profesional debería intentar acreditar que la persona a la que va a arreglarle la puerta es, en realidad, el inquilino o el dueño de aquello sobre lo que va a actuar.