Margarita Gual, del Centro para la Diplomacia Científica de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia, sostiene que la labor de los organismos internacionales en África no puede ser "solamente desarrollar científicos y carreras científicas" sino también trabajar "para salvar los obstáculos culturales y sociales" que impiden a las mujeres estudiar o investigar en muchos de los países del continente.

"La idea de la Unesco es crear las capacidades en el país, ayudar a que se generen colaboraciones fuertes, o desarrollen nuevos centros de investigación, infraestructuras, que puedan durar en el tiempo y que no dependan del cambio de administración que se pueda producir a corto plazo", abundó.

Margarita Gual participó ayer en la mesa "La Unesco y la promoción de la ciencia en África" de CampusÁfrica. De hecho, una de las mujeres que iban a participar en la mesa, la doctora Naswha Eassa, vicepresidenta para África, Organización Mundial de Mujeres Científicas para el Desarrollo (OWSD), no pudo finalmente acudir a la cita por un problema con su visado, según explicaron fuentes de la organización. Lo que es un ejemplo claro de las dificultades añadidas de la colaboración científica en el continente africano.

Gual sostiene que "la cooperación científica puede ayudar a resolver algunos obstáculos entre países que no tienen muy buenas relaciones diplomáticas". Mediante ese trabajo científico conjunto "ayuda a establecer canales de comunicación que después pueden impactar en otros ámbitos políticos y sociales más allá de la cooperación científica".

En este sentido, recordó que la Unesco tiene en marcha el programa "Next Einstein Forum", que pretende "crear las condiciones en África para que el nuevo premio Nobel venga de África".

"La idea es que se está perdiendo el talento del próximo inventor de una vacuna", explicó, para añadir que en la actualidad en muchos países del continente hay fuga de cerebros africanos a otros países donde sí tienen recursos para investigar.

Todo esto se intentará hacer con inversión y tratando de "estabilizar los centros de conocimiento" para mantenerlos ajenos a los vaivenes de la vida política.

las claves

La experta explica que la brecha de género en muchos de los países africanos significa que el que estudia es el varón y la que "lleva el peso de la tradición y la cultura siempre es la mujer".

La Unesco considera que la falta de oportunidades para los científicos africanos se traduce en una "pérdida de talento".

Invertir en infraestructuras sanitarias en África supone un alto coste, inasumible para las empresas locales y extranjeras, mientras que las múltiples posibilidades que ofrece la telemedicina, también conocida como la salud 4.0, son más económicas, y su implantación se encuentra en pleno auge, lo que convertirá al continente vecino en "pionero" en este campo, como lo está siendo ya en el sector móvil. Así lo contó Olga Ferrer Roca, Cátedra UNESCO en telemedicina para la Universidad de La Laguna, en la jornada de ayer, dedicada exclusivamente a esta temática, a modo de reflexión sobre la situación sociosanitaria del continente africano, uno de los objetivos del seminario internacional CampusÁfrica.

No obstante, tal y como señaló la doctora, con su conferencia "Telemedicina: atención sanitaria a poblaciones diversas", en el Aula Magna de Física y Matemáticas, de Campus Anchieta, el principal obstáculo que se encuentra esta disciplina científica es la falta de formación en el uso de los aparatos tecnológicos y servicios, además de una mayor apertura por parte de las estructuras y sistemas sanitarios. Esto último se debe, principalmente, a que el enfoque de la telemedicina es holístico y, por ello, idóneo para la rama de enfermería, hecho que dista con la visión de control que suelen tener los doctores de la medicina, según una nota de prensa.