La irrefrenable expansión de tecnologías cada vez más "inteligentes" hace prever que en este mismo siglo las máquinas podrían tener sentimientos, apreciación estética y hasta moral, en el marco de un proceso ya emprendido, aunque todavía incipiente, hacia la generalización de una inteligencia artificial.

Según el experto en computación cuántica y biomimética cuántica además de profesor Ikerbasque Enrique Solano, "tarde o temprano se podrán construir máquinas que pensarán, crearán, tendrán conciencia de sí mismas y aprenderán a mejorarse con mayores capacidades y recursos que el ser humano, para cruzar el umbral de la llamada singularidad tecnológica".

¿Las máquinas adquirirán autonomía y superarán al hombre una vez alcanzado ese momento histórico? Esa es la pregunta central. "Las consecuencias de lograr que las máquinas adquieran esa inteligencia artificial general es aún mucho más impredecible", añade el prestigioso investigador, director del grupo de Tecnologías Cuánticas para las Ciencias de la Información de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) en Bilbao.

Este grupo ha colaborado con los laboratorios de Google de computación cuántica en un experimento pionero para digitalizar de forma universal la computación cuántica analógica en un "chip" superconductor con nueve bits cuánticos y más de mil puertas lógicas, que ha publicado recientemente la revista "Nature".

Los científicos discrepan sobre cuáles serían las consecuencias sociales y económicas de la generalización de ese posible estado de "singularidad tecnológica", bien sea con superordenadores o con los ordenadores cuánticos del futuro, que situaría a las máquinas en niveles superiores al hombre en cuanto a creación y sentimientos. "Pese al escepticismo natural en estos temas, basado en el ego humano y el temor a una posible supremacía de las máquinas -asegura- creo que en este siglo se acabará produciendo una versión artificial y mejorada de todo lo que nos hace diferentes y nos enorgullece como especie".

En concreto, sobre apreciación estética, emociones, desarrollo intelectual, conciencia, y creatividad científica y artística.