La comunidad médica nacional coincide en que las vacunas deben ser un bien recomendable pero no obligatorio, ya que una posición autoritaria respecto a ellas podría aumentar el rechazo que en la actualidad ya le tiene una parte de la sociedad.

Esa fue una de las conclusiones alcanzadas en el III Congreso Nacional de Deontología Médica, que se celebró en Alicante a lo largo de la pasada semana y en el que participaron casi una treintena de doctores expertos en distintas materias bajo el enfoque de la ética sanitaria.

Una parte del cónclave se centró en "cuestiones deontológicas en torno a las vacunas", donde el profesional en medicina familiar y presidente de NoGracias, Abel Novoa, consideró "inmoral e injusto atacar a los padres que deciden no vacunar".

En el debate público en torno a estas herramientas existen dos posturas sobre si deberían o no ser obligatorias. En ese punto, Novoa se mostró de acuerdo con el posicionamiento de no obligatoriedad defendido por el Comité de Bioética Español y el Consejo Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (AEP). "El riesgo individual para los niños que no son vacunados es muy pequeño; un padre que no vacuna a sus hijos no es un homicida, como se les acusa muchas veces; no está justificado", defendió en declaraciones a la agencia Efe.

Su argumento no pretende ser el de una persona "antivacunas", sino al contrario, aseguró, pues explicó que ha apostado por que la comunidad médica trabaje en convencer y seducir a esos padres y madres que tienen dudas sobre estos tratamientos de carácter preventivo.

Al respecto, Novoa señaló que parte de esta nueva polémica surge por el cambio de contexto que ha sufrido la ciencia médica, que ha pasado de tener "pocas fuentes de conocimiento que le contradijeran y ser autoridades muy respetadas" a vivir en una sociedad de la información.

Insistió en que "las vacunas son necesarias", y cree, eso sí, que lo que no se puede hacer en ningún caso es "santificarlas como un tótem sagrado".

Por su parte, el pediatra y miembro del Comité Asesor de Vacunas de la AEP y de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria Ángel Hernández mantuvo que no deben ser obligatorias, porque podrían causar el efecto contrario al que se está buscando.

Además, indicó que las vacunas actuales son "extraordinariamente seguras", incluso la del papiloma humano, y, aunque ninguna es "efectiva al cien por cien", extender las vacunaciones es "avanzar en salud y bienestar", como demuestra la disminución de la mortalidad infantil. Este facultativo también consideró que las dudas sobre la vacuna del papiloma son "injustificadas", debido a que "son muchísimos los informes que la acreditan.