El humorista alemán Jan Böhmermann, que dirigió una sátira contra el presidente turco, Recep Tayipp Erdogan, a quien llamó "follacabras", ha recibido muestras de solidaridad del mundo de la política y de la comunicación en contra del deseo de Turquía de verlo en los tribunales.

El semanario "Die Zeit" publicará mañana una carta abierta, firmada por varios artistas alemanes y diversas personalidades, entre ellas el exministro de Finanzas griego Yanis Varufakis, en la que rechazan un posible juicio contra Böhmermann.

"La discusión sobre los límites de la libertad del arte y de la libertad de expresión debe darse en las páginas culturales de los periódicos y no en los tribunales", afirma la misiva.

Buena parte del problema gira en torno al artículo 103 del Código Penal, que muchos juristas consideran una reliquia del siglo XIX y que tipifica como delito las injurias a los representantes de un Estado extranjero y contempla penas de hasta cinco años de cárcel.

La aplicación de ese artículo, sin embargo, exige que el país en cuestión tenga relaciones diplomáticas con Alemania, que solicite la aplicación del mismo (Turquía ya lo ha hecho a través de una nota verbal) y que el Gobierno alemán de luz verde para que se estudie el inicio de un proceso penal.

El Ejecutivo de la canciller Angela Merkel ha anunciado que se tomará una decisión al respecto en cuestión de días.

Además, Erdogan ha presentado, a través de un abogado, otra denuncia como ciudadano particular por injurias en su contra como persona privada, lo que podría llevar a un proceso, aunque con penas menores que las contempladas por injurias a un jefe de Estado.

El tema es delicado para Alemania y para la Unión Europea (UE) por la importancia que tiene el acuerdo con Turquía en el manejo de la crisis de los refugiados.

El mismo Böhmermann calificó de "crítica injuriosa" el poema satírico con ofensas al presidente turco que recitó en el programa que presenta en la segunda cadena de la televisión pública alemana (ZDF) a finales de marzo y con el que intentaba mostrar las diferencias entre parodia e injurias.

Días antes, el Ministerio de Exteriores turco había llamado al embajador alemán en Ankara para protestar por la emisión de un vídeo satírico sobre Erdogan en el canal público regional NDR, en el que se criticaban los recortes de libertades en Turquía.

En su poema, Böhmermann acusó a Erdogan de practicar la zoofilia, golpear a menores o maltratar a discapacitados; "Esto no está permitido en Alemania", indicó el humorista.