El sacerdote español Lucio Vallejo, imputado junto a otras cuatro personas, los periodistas italianos Gianluigi Nuzzi y Emiliano Fittipaldi, la ex relaciones públicas Francesca Chaouqui y el antiguo miembro de la COSEA (la comisión creada por el papa para investigar las finanzas de la Santa Sede) Nicola Maio, por la filtración y divulgación de documentos de la Sede Apostólica y considerados secretos, ha sido trasladado de nuevo a prisión tras haber violado las condiciones del arresto domiciliario.

Según explicó el portavoz oficial del Vaticano, Federico Lombardi, Vallejo Balda regresó a la celda de la Gendarmería en el Vaticano la semana pasada por mantener contactos con el exterior, un acto deliberadamente prohibido en los regímenes de arresto domiciliario.

"Se estaba comunicando con personas. El arresto domiciliario estaba condicionado al límite sobre la comunicación (...) Es por lo que él ha sido nuevamente arrestado, para que no continuara manteniendo comunicación con el exterior", ha explicado Lombardi, según señalan medios italianos.

Lucio Vallejo, que fue colocado por el Papa Francisco en 2013 al frente de la Cosea, el organismo del Vaticano, ya desmantelado, que debía limpiar las finanzas de la Santa y de donde salieron los informes secretos que fueron publicados en los libros "Viacrucis" y "Avaricia", fue encarcelado de manera preventiva por las autoridades del Vaticano el pasado 1 de diciembre. Tras más de 20 días en prisión, el Vaticano revocó la disposición de encarcelamiento concediéndole el arresto domiciliario. Sin embargo, debido al incumplimiento de las reglas propias de esta medida, que impide a los detenidos mantener algún tipo de contacto con el exterior, sin un permiso expreso de un juez, el Vaticano ha revocado esta decisión.