Samsung ha presentado en Barcelona la nueva generación de sus teléfonos estrella, Galaxy S7 y S7 Edge, que llegarán con resistencia al agua, mayor potencia y una cámara más rápida.

La tecnológica surcoreana también ha aprovechado la jornada previa al arranque del Mobile World Congress (MWC) para enseñar Gear 360, una pequeña cámara circular para tomar fotos y grabar vídeos de 360 grados.

La curva sigue siendo bella para Samsung, que ha desterrado de sus nuevos teléfonos cualquier angulosidad y ha optado por el formato esférico para su cámara Gear 360. El terminal insignia de la coreana, con permiso de su hermano Galaxy Note, vuelve a desdoblarse en dos versiones: el S7, con pantalla de 5,1 pulgadas y estructura convencional, y el S7 Edge, de 5,5 pulgadas y con bordes de pantalla curvados e interactivos.

Los principales cambios que introduce el Galaxy S7 son internos y tienen que ver con potencia, autonomía y óptica.

Su cámara trasera, de 12 megapíxeles y apertura de f/1.7, trabaja con la tecnología "dual pixel" que, según Samsung, permite usar los fotodiodos de todos los píxeles para enfocar, lo que se traduce en un enfoque cuatro veces más rápido. Graba vídeos en 4k y capta mejor la luz, sostiene la compañía, mientras que la cámara frontal tiene 5 megapíxeles y la misma apertura que la trasera.