España podría reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero entre un 7 y un 17 % para 2033, manteniéndose en la senda marcada por la ciencia para que la temperatura del planeta no aumente más de dos grados, pero para ello tendría que apostar fuertemente por las renovables. Así lo pone de manifiesto el informe "El Cambio Climático en España, 2033: Hacia una economía baja en carbono", elaborado por la Escuela de Organización Industrial con el apoyo de la Fundación PwC y presentado ayer en Madrid por los responsables de sostenibilidad de grandes empresas españolas, como Iberdrola, Banco Santander o Abengoa.

El informe detecta que, de no aplicar las medidas ya aprobadas, las emisiones causantes del cambio climático crecerán entre un 72 y un 83 % en 2033 respecto a 1990.

Si no se aplican las medidas ya aprobadas, las emisiones crecerán hasta un 83%

Las emisiones seguirían en aumento aún implantándose las actuaciones ya acordadas que supondrían una subida de los gases nocivos hasta un 16 %.

Esto indica que, al ritmo que vamos, el crecimiento económico en España no lograría "desacoplarse" del incremento de emisiones en las próximas décadas y la tasa de descarbonización se mantendría negativa: en un -1 %, ha explicado María Luz Castilla, directora de Sostenibilidad y Cambio Climático del PwC.

Lograr que la economía crezca reduciendo emisiones requeriría una tasa de descarbonización del 6,2 % para 2033, lo que supondría un decrecimiento de las emisiones de entre un 7 y un 17 %, que según los autores sería factible "apostando por la innovación y el desarrollo tecnológico", y promoviendo "cambios de hábitos y de costumbres".

Para conseguir este objetivo el informe advierte de que hay que "descarbonizar el sector eléctrico".