La "madrugá" sevillana se vive de forma especial cada Jueves Santo en el casco antiguo de Santa Cruz de Tenerife, a los pies de la torre de La Concepción, donde la malagueña desplaza a la saeta, gracias al buen hacer de Charo Espinosa, sin que se pierdan las señales de identidad de la procesión más multitudinarias de cuantas se celebran en la Semana Santa chicharrera.

El acogedor entorno, entre adoquines y angostas calles y antiguas casas terreras, es un escenario único para poner los sentimientos a flor de piel. Así, ya desde mucho antes de las diez de la noche del pasado jueves, centenares de personas, creyentes o no, se arremolinaban en los aledaños. A la salida del trono de Jesús Cautivo, el canto del "Novio de la muerte" rompió el silencio y elevó la emoción. La salida del paso de La Macarena, otro de los momentos que tocan el corazón, al ver cómo el trono cargado a hombros -los hombres portan a La Esperanza Macarena; las mujeres, a Nuestro Padre Jesús Cautivo- parece "desbordar" y abrirse paso por la puerta de la torre que da a la plaza de la iglesia. Al primer grito de "¡Guapa!", se sucede otro. Y otro. Con la comitiva preparada para poner rumbo a San Francisco, la malagueña de Charo Espinosa aúna el sentimiento de las más de mil personas reunidas solo en este rincón. Ella canta, como viene haciendo desde hace quince años, y todos se hacen uno con ella. Un nudo en la garganta. Y avanza la procesión.

El grito del capataz Paco Cortés, o de su hermano Leo. "¡Al cielo con ella", dice Paco. Y avanzan los dos tronos, cargados cada uno por 28 costaleros. Movimiento sincronizado. Primero un giro de 360 grados y luego un balanceo para "bailar" a la Virgen. Fe, devoción y una "miguita" de espectáculo a la salida de La Concepción.

En un recorrido más corto este año respecto a ediciones anteriores, llega la comitiva a San Francisco, después de casi dos horas, y, de nuevo, ese baile. Cuando los pasos enfilan la rampa, se encoge el corazón. Y de nuevo, un nudo en la garganta, en una procesión que gana afines de forma exponencial cada año.