La lactancia materna es el "patrón de oro" de la alimentación infantil, algo en lo que están de acuerdo tanto madres como pediatras, aunque se ha cuestionado cuál es la duración óptima de su ingesta exclusiva después del parto, que algunos sitúan en seis meses y otros en cuatro.

La Asociación Valenciana Mammalia, que será anfitriona del duodécimo Congreso que la Federación Española de Asociaciones y Grupos de Lactancia Materna (Fedalma) celebrará en abril en Alboraia (Valencia), toma como referencia a la Organización Mundial de la Salud (OMS), que aboga por la lactancia exclusiva hasta los seis meses de vida.

El Comité de Lactancia de la Asociación Española de Pediatría también es de la misma opinión y añade la conveniencia de alargar la lactancia hasta los 2 años, pero combinándola con alimentos complementarios, según señala la secretaria de Mammalia, Mar Alegre, para quien la decisión última de dar o no el pecho al bebe "siempre es de la madre".

A su juicio, vivimos en un entorno "que no es favorable a la lactancia materna" porque hay un "desconocimiento y una brecha cultural que empieza en los años 60 o 70 y continúa este siglo".

"Somos hijas de madres que no amamantaron porque empezó a implantarse la cultura del biberón y la lactancia estaba relegada a pequeños ámbitos", afirma Alegre, quien lamenta que en la carrera de Medicina no se estudie la lactancia materna y en las consultas, los pediatras "muchas veces trasmitan falsos mitos sobre la lactancia que les llega de la cultura del biberón".

Una opinión diferente es la del pediatra José María González Cano, quien defiende que a partir de los cuatro meses de vida se inicie al bebé en la primera papilla de cereales y a los cinco en la de frutas, algo que también aconseja la Sociedad Europea de Gastroenterología y nutrición pediátrica.

González Cano es autor del libro Víctimas de la lactancia Ni dogmatismos ni trincheras'', cuya presentación en una librería de Castellón se tuvo que suspender, tras denunciar haber recibido "presiones" por parte de organizaciones prolactancia y grupos de madres que le acusaban de promover un destete temprano.

El experto considera que la lactancia materna es "el patrón de oro" de la alimentación infantil, pero a su juicio el destete tardío es una "fuente de problemas para los bebés, ya que desarrollan lo que se denomina la ''fijación por el pezón'' y no toleran adecuadamente papillas de cereales, frutas y verduras".

Según afirma, la "inmensa mayoría de pediatras con experiencia defiende estas tesis" y aunque cree que las recomendaciones de la OMS son "magníficas y han salvado muchas vidas", opina que "están pensadas para los países del tercer mundo, no para Europa ni Estados Unidos".

Este especialista, que trabaja en el Hospital General de Castellón, afirma que la leche adaptada actual es "de una enorme fiabilidad y no el veneno que algunos pretenden trasladar a la sociedad", y muestra su "total desacuerdo" con las "presiones" que reciben algunas madres para amamantar cuando no desean hacerlo.

"Es intolerable que con grietas en el pezón les presionen hasta llevar a niños al límite de la desnutrición", critica para tachar de "terrible" y una "enorme injusticia" que se catalogue a algunas mujeres como "malas madres" porque no han querido o podido amamantar.

En su libro advierte sobre el incremento de estigmas raquíticos y anemias ferropénicas entre niños con lactancia materna prolongada, debido a que la leche humana es pobre en hierro y vitamina B3: "Si no se dan suplementos de estas sustancias, con el paso de los meses el niño desarrolla raquitismo y anemias".

También critica que no se dé agua al bebé entre tetadas: "Es un grave error y la consecuencia inmediata es que los niños pueden deshidratarse con cierta facilidad por las características propias de los riñones en los primeros años de vida".

El congreso de Fedalma se celebrará el 17 y 18 de abril en el Auditorio Municipal de Alboraia con el lema "Lactancia materna: ser mamíferos hoy" y profundizará en la repercusión social de este "fenómeno biocultural".