Después de pedalear 140.000 kilómetros y hacer reír a más de 20.000 niños, el español Álvaro Neil, bautizado como "biciclown", regresó a Chile para contagiar alegría con su proyecto "Millas de sonrisa alrededor del mundo".

"Yo no vine a este mundo a trabajar, vine a ser feliz", dice el asturiano, justo antes de saltar al escenario escolar de un municipio obrero al sur de Santiago, donde arrancó las carcajadas de 200 niños de entre cinco y ocho años.

Neil, que se subió a la bicicleta a las diez de la mañana el 19 de noviembre de 2004, ha recorrido 82 países y se dedica a ofrecer espectáculos de magia, malabares y acrobacias de forma gratuita para los niños más necesitados.

"No sé cómo la gente trabaja de lunes a viernes y tiene un mes de vacaciones al año, yo me siento un extraterrestre", afirma quien antes de lanzarse a los caminos del mundo y dejarlo todo atrás trabajó como oficial en una notaría de Madrid, donde ejercía una de sus dos profesiones, la de abogado.

Atrás quedan esos días en que la rutina y la oficina consumían sus horas, desde hace diez años, el asturiano duerme en una tienda de campaña y se despierta cada día sin saber qué sorpresas le depara la jornada. "Cuando me levanto -relató- siento que este tipo de vida nómada me compensa, soy feliz, no tengo estrés, ni ansiedad y duermo sin pastillas".

"Voy a seguir así hasta el 2017, luego ya veré qué hago", sostuvo Neil que en ese momento tendrá 50 años, una edad "un poco tardía" para incorporarse al mercado laboral, pero a tiempo aún para "ser padre". Poco sabe sobre lo que va a hacer cuando vuelva a su casa en la ciudad de Oviedo (Asturias), lo que sí tiene claro es que su futuro no pasa por estar encerrado en una oficina de lunes a viernes.