La Organización de Consumidores OCU ha detectado un alto nivel de aditivos, presencia de otras especies de carnes (cerdo y ave), carnes de baja calidad e higiene deficiente en la mayoría de los envases de 22 marcas de carne picada de vacuno y preparados de carne picada adquiridos en supermercados e hipermercados.

Los resultados de este análisis comparativo se publicaron ayer en el número 401 de la revista OCU-Compra Maestra correspondiente al mes de marzo.

En el estudio llevado a cabo por OCU se ha analizado la calidad de la carne, su contenido en grasa, agua o colágeno, y la presencia de patógenos o bacterias que señalan una higiene deficiente.

Además se ha estudiado la presencia de otros tipos de carnes (caballo, ave o cerdo) en niveles superiores a los permitidos por la ley.

En la investigación comparativa se han analizado dos productos diferentes, por un lado carne picada de vacuno, y por otro lado preparados de carne picada conocidos también como "burguer meat".

La diferencia entre ambos es que mientras que en la carne picada no se pueden añadir otros ingredientes (como hortalizas, cereales y aglutinantes) en la categoría "burguer meat" si es posible añadirlos, lo que hace que su categoría comercial sea inferior y en teoría su precio.

Se han analizado tres marcas de carne picada y 19 marcas de preparados de carne picada o "burguer meat" y esto es debido a que la gran mayoría de la oferta disponible en supermercados corresponde a los preparados de carne picada.

De los resultados de los análisis efectuados por OCU se desprende que en algunas muestras hay muchas deficiencias en la composición del producto.

La práctica totalidad de los preparados incorporan sulfitos. Esta sustancia son alérgenos que en algunas personas puede producir reacciones adversas si no se respeta la cantidad máxima recomendada. Además se añaden aditivos y colorantes en exceso, que consiguen mejorar el aspecto del producto incluso cuando está muy cercana su fecha de caducidad o incluso el producto se encuentra ya en malas condiciones, algo que puede ser peligroso para los consumidores.

El porcentaje de grasa es muy elevado llegando en algún caso a superar el 22%.

Solo cinco de los paquetes analizados durante este estudio por OCU ha obtenido una buena o muy buena nota.