Los adolescentes y adultos jóvenes con cáncer, es decir, el segmento poblacional que abarca desde los 14 hasta lo 30 años, sigue sin tener encaje ni en los tratamientos oncológicos pediátricos ni en los de adultos.

Así, pese al asombroso progreso de los últimos años en mejoras en el tratamiento del cáncer, las dotaciones para el avance en la población adolescente y de adultos jóvenes no ha estado a la altura de ese desarrollo si se compara con los grupos "adulto" o "pediátrico".

Esta es la principal reivindicación que hacen varios expertos con motivo del Día del Niño con Cáncer, cuyas opiniones aúna la Asociación española de Adolescentes y Adultos jóvenes con cáncer (AAA), según recuerda la psicóloga de la Unidad de Onco-Hematología y Trasplante del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús y coordinadora de esta asociación, Rosalía Lorenzo.

La asociación AAA reúne a profesionales sanitarios, médicos, enfermeras, psicólogos, asociaciones, pacientes y expertos y su objetivo es unificar el trabajo de todos para ofrecer una atención integral a los jóvenes con cáncer.

"Los adolescentes y adultos jóvenes se han quedado un poco perdidos entre el desarrollo muy grande que hay en oncología de adultos y el de menor medida que hay en pediatría", corrobora en una entrevista el médico y coordinador de la Unidad de Ensayos Clínicos CNIO Hospital Niño Jesús, Lucas Moreno.

A su juicio, "es necesario acordar tratamientos homogéneos para este grupo que presenta unas características biológicas, fisiológicas y psicológicas peculiares, que hacen que necesiten un tratamiento específico".

En España se diagnostican al año unos 1.300 casos de cáncer infantil y, de ellos, una tercera parte, unos 450, son adolescentes entre 15 y 19 años, explica Lorenzo, quien insiste en la necesidad de crear un registro de la incidencia y la supervivencia del cáncer entre los 14 y los 30 años.

Existen pocos datos publicados reales (no estimados) sobre la incidencia y la supervivencia del cáncer en adolescentes.

Uno de los principales problemas para el estudio de la epidemiología del cáncer en este grupo poblacional, sostiene este investigador, es la dificultad de contar con un registro de los casos que se presentan en este segmento de edad, ya que, pese a las continuas propuestas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), todavía no existe un consenso sobre cómo elaborarlo.

Es más, añade Lorenzo, en lo referente a la mortalidad, es muy común encontrar datos de grupos "de 5 a 14 años" y "de 15 a 24 años", lo que hace que se pierda información sobre la evolución de los tumores en adolescentes y adultos jóvenes.

El doctor Lucas Moreno también reconoce que la mayoría de los ensayos que se hacen tienen como límite los 18 años, una edad que cubre la mayor parte de los tumores pediátricos pero que no aporta datos sobre la evolución de los mismos tumores en pacientes de entre 18 y 30 años.

"Poco a poco cada vez tenemos más ensayos clínicos que son hasta los 21-24 años, intentando incluir a los pacientes que tienen un tumor pediátrico aunque tengan 12, 17 o 19 años" con el objetivo de que pueda recibir el mejor tratamiento y el más específico.

De los más de 400 nuevos casos de cáncer en jóvenes que se diagnostican al año, sólo el 25 % son tratados en unidades pediátricas, a pesar de que diversos estudios e investigaciones científicas demuestran que su tasa de supervivencia es mayor si son tratados con protocolos pediátricos que si reciben tratamientos de adultos.