Un grupo de investigadores ha estudiado cómo la luz del sol en el ocaso de los equinoccios, al entrar en la cueva principal del santuario ibérico de Castellar (Jaén), proyecta una sombra que evoca a los exvotos, lo que puede dar información crucial sobre el calendario íbero y sus rituales.

El estudio, desarrollado por las investigadoras del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica de la Universidad de Jaén Carmen Rísquez y Carmen Rueda, y por el astrónomo del Instituto de Astrofísica de Canarias César Esteban, se ha centrado en la Cueva de la Lobera, enclavada en el citado santuario. La investigación, publicada en el número anual de la revista Archivo Español de Arqueología -editado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)-, aborda lo que puede ser una "hierofanía" o manifestación de lo sagrado.

César Esteban explica que visitó en 2010 el recinto de Castellar, en el que hay varias cuevas en las que se han encontrado cientos de exvotos, figurillas de bronce que pueden representar a los propios devotos, sacerdotes, dioses y otras clases de ofrendas.

Cuando Esteban, especialista en arqueoastronomía, entró en la Cueva de la Lobera, percibió que había una abertura a modo de ventana hacia el poniente.