Los espacios que conforman la red Natura 2000 española albergan centenares de especies vegetales de extraordinario valor desde el punto de vista meramente botánico y por sus acreditadas propiedades curativas o paliativas de infinitas dolencias del ser humano.

Se calcula que el número total de especies vegetales de uso tradicional, medicinales y comestibles, en la península ibérica y Baleares, supera las 3.000 especies, según el Inventario Español de los Conocimientos Tradicionales Relativos a la Biodiversidad, editado por el Ministerio de Medio Ambiente.

De ellas, unas 1.700 están catalogadas como plantas medicinales. Así, los más de 2.000 espacios y casi el 30% del territorio que España aporta a la red europea Natura 2000 ofrecen un completo inventario de remedios naturales para catarros, neumonías, diarreas, molestias intestinales, afecciones dermatológicas, dolencias musculares o problemas circulatorios, entre otros.

El Inventario hace un exhaustivo estudio de los usos tradicionales de cerca de 300 especies de plantas consideradas medicinales, todas ellas presentes en alguno de los espacios de la red Natura 2000 española.

Y es que, pese a la tendencia a sustituir muchos de los remedios naturales por medicamentos, diferentes estudios indican que el conocimiento etnofarmacológico sigue siendo relevante en el ámbito rural e, incluso, en el urbano.

Una de las especies estrella del inventario farmacológico de nuestros espacios naturales es la conocida cola de caballo (Equisetum arvense), que se distribuye por toda la geografía española y se usa en infusiones, cataplasmas, baños o pulverizada para dolencias del sistema circulatorio, genito-urinario, respiratorio o muscular, como antiséptico oftálmico o contra la caída del cabello.

El popular helecho (Ptedium aquilinum), repartido por los bosques húmedos del norte y oeste de la península, se usa como hipotensor, laxante, diurético, antihelminítico, como remedio para golpes y quemaduras, y su rizoma se utilizaba antiguamente como abortivo en una zona de León, Palacios del Sil, en la ZEPA y LIC Alto Sil.

En las islas Canarias, la savia del drago (Dracaena draco) se aplica en empastos contra golpes y contusiones y para tratar quemaduras, mientras que la infusión de sus frutos posee cualidades antitusivas.

Las virtudes antiálgicas y antiinflamatorias del árnica (Arnica montana) son bien conocidas en toda la franja norte de la península, por los espacios de la red Natura 2000.

Considerada un antiinflamatorio intestinal ingerida en infusión en pequeñas dosis o contra los enfriamientos, sus principales cualidades están asociadas al tratamiento de contusiones, esguinces y luxaciones, lumbalgias, reúmas o dolores óseos y musculares.

Y repartido por espacios naturales de todas las comunidades autónomas de la península y ambos archipiélagos, el diente de león (Taraxacum officinale) ofrece remedios contra la hepatitis, los cálculos biliares, la gripe, el colesterol, la diabetes e, incluso, el cáncer.

Menta, orégano, madroño, haya, encina o pino piñonero, son casi 300 las especies citadas en el Inventario Español de los Conocimientos Tradicionales Relativos a la Biodiversidad por sus propiedades farmacológicas.

Un Inventario en el que confluyen, como asegura en su prólogo la directora general de Medio Natural, Guillermina Yanguas, "naturaleza y antropología, con un enfoque multidisciplinar e integrador que considera tanto los componentes biológicos como el aspecto humano".

En 1992, el Convenio de Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica reconoció la importancia de las formas tradicionales de vida para la gestión sostenible de la biodiversidad.

Más de una década después, la Ley de patrimonio natural reconoció la necesidad de conservarlas y fomentarlas e instó a las administraciones a elaborar inventarios que permitieran avanzar en su conocimiento.