La cura del VIH ha dejado de ser un sueño para ser algo posible, aunque no se pueda predecir cuándo, según los expertos, que mantienen entre los retos para combatir la enfermedad la prevención y el diagnóstico precoz, para lo que aconsejan un aumento de los test que permiten confirmar o descartar la infección.

El sexto Congreso Nacional del Grupo de Estudio del Sida (Gesida) de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica, reúne desde ayer hasta el viernes en Málaga a seiscientos médicos e investigadores para abordar la situación actual del VIH en España y debatir sobre los últimos avances clínicos.

El virus permanece latente durante años y se vuelve invisible para el sistema inmunitario

La cura del VIH "hace unos años era un sueño" y ahora "entra dentro de lo factible porque se ha adquirido mucho conocimiento de los obstáculos" para lograrla, afirmó ayer en rueda de prensa el presidente de Gesida, Juan Berenguer.

La principal dificultad para alcanzar "lo que hasta hace poco era más bien una quimera" es el hecho de que el VIH tiene la capacidad de permanecer en estado de latencia en células del organismo en donde resulta invisible al sistema inmunitario, a pesar del tratamiento antirretroviral.

Aunque este tratamiento evita que el virus se replique y destruya progresivamente las defensas, no lo destruye, de manera que el virus permanece latente y tiene la capacidad de despertar cuando el tratamiento antirretroviral se interrumpe.

Los esfuerzos en investigación actualmente se dirigen a vencer esta barrera, pero no se sabe si la solución vendrá por la cura esterilizante que erradique el VIH del organismo, o por aquella que impida la replicación activa del virus en ausencia del tratamiento antirretroviral.