La auxiliar de enfermera infectada de ébola, Teresa Romero, dio ayer negativo en la última prueba PCR, carga viral cero, según un comunicado del Comité especial para la gestión de la enfermedad, si bien ello no quiere decir que la enfermedad esté superada, por lo que se le repetirá el test en las próximas horas.

Además, según este comunicado oficial, las quince personas que permanecen en el hospital por haber mantenido contacto con la paciente siguen asintomáticas, mientras que las dos que están en investigación -un hombre que compartió la ambulancia con Romero y el viajero procedente de Nigeria- han dado negativo en la segunda prueba de PRC.

Un poco antes de conocerse el comunicado oficial, la portavoz de la familia, Teresa Mesa, a las puertas del hospital Carlos III, confirmaba esta misma circunstancia a los medios, al tiempo que informaba de que la nueva prueba se haría en 24 o 48 horas.

En esas declaraciones a las puertas del hospital, a donde había acudido para visitar a Javier Limón, marido de Teresa Romero, la portavoz de la familia relató el estado anímico de la enferma, que llegó a calificar de "eufórico".

"Está espectacular, ya se levanta, come prácticamente de todo y está muy bien", explicó la portavoz y amiga de la familia, que también comentó que, durante la visita a Limón, había hablado telefónicamente con Teresa y había sido un momento muy emotivo.

"Tere, casi me voy, me ha llegado a decir", desveló la portavoz y amiga, que también confesó a los periodistas que, en algún momento, le ha dicho que se sentía muy joven para morir.

En este encuentro con los medios, Mesa entregó a los periodistas un vídeo que había grabado a Javier Limón en el que dice estar "muy contento" porque su mujer haya dado negativo pero anuncia que va a demostrar ante los tribunales "la gran chapuza que ha sido la gestión" del ébola.

A lo largo del día de ayer, el ritmo de trabajo en el Centro Nacional de Microbiología (CNM) del Instituto de Salud Carlos III fue frenético para analizar las muestras de los infectados y dar respuesta en el mínimo tiempo posible.

Hasta la fecha se han analizado hasta 40 casos sospechosos siguiendo el procedimiento aprobado por la Comisión de Bioseguridad del Instituto Carlos III.

las claves

La segunda prueba se realizará en un plazo de 24 a 48 horas, según el equipo médico que se ocupa de la auxiliar de enfermería.

Moreno se encuentra "eufórica". "Ya se levanta, come prácticamente de todo y está muy bien", dice la familia.

Las quince personas aisladas por tener contacto con ella continúan sin manifestar síntomas.

En España se han analizado 40 casos sospechosos de presentar contagio de ébola.

La "marea blanca" exige dimisiones

Miles de personas se manifestaron ayer en la "marea blanca" para pedir la dimisión de la ministra de Sanidad, Ana Mato, y del consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Javier Rodríguez, por su gestión ante el primer caso de ébola en España.

Los participantes en la protesta, convocada como cada tercer domingo de mes por la Mesa en Defensa de la Sanidad Pública de Madrid-Marea Blanca, expresaron su apoyo a la auxiliar de enfermería infectada por el virus del ébola, Teresa Romero.

La marcha, a la que se sumó José Ramón, el hermano de la paciente, estuvo encabezada por una pancarta en la que se podía leer "Exigimos que las autoridades sanitarias respeten a los profesionales. Todos con Teresa".

"No a los recortes y privatizaciones. Sí a la sanidad y servicios públicos" o "La sanidad no se vende... se defiende" fueron otras de las pancartas que presidieron la manifestación.

Durante el recorrido se corearon consignas y se exhibieron carteles de solidaridad con Teresa Romero, en contra de los recortes y privatizaciones, en defensa de la sanidad pública y para pedir la dimisión de la ministra y el consejero madrileño.

La secretaria autonómica del sindicato SAE de técnicos de enfermería en Madrid, Elvira González, lamentó el comportamiento de los responsables políticos ante todo lo que ha pasado con el ébola, al tiempo que les instó a tener en cuenta a los profesionales y no "echar por tierra" la sanidad pública.