El misionero español en Guinea Conakry Rafael Sabé, miembro del Grupo de Prevención Anti-ébola de la región de Siguiri --que reúne a representantes de autoridades civiles, sanitarias, empresariales y religiosas--, ha asegurado que en Guinea rezan por la auxiliar de enfermería Teresa Romero aunque ha indicado que en África "sorprende" la "reacción de pánico" que existe en España ante el contagio.

"La gente en África se sorprende de la reacción de pánico que existe en España. Aquí en Guinea se cuenta con unos 778 fallecidos, pero no ha estallado el pavor español. Es cierto que en África se vive muy de cerca el sufrimiento y esto crea carácter", ha precisado en declaraciones a Obras Misionales Pontificias recogidas por Europa Press.

En todo caso, lo primero que quiere transmitir el misionero es "el deseo de los guineanos de que Teresa Romero se restablezca rápidamente". "Hoy en la Eucaristía han rezado por ella. Como dice el slogan, ''Teresa somos todos''. A ella, queremos decirle: Teresa: desde Siguiri recibe nuestro apoyo", ha precisado.

Para Sabé, el testimonio de los misioneros que han fallecido por el ébola y a los que atendió Teresa Romero, "es admirable" porque, a su juicio, "el hombre no puede vivir si no es capaz de darse".

Sabé insta a los españoles a "superar el miedo" pues, aunque entiende que haya médicos con temor al ébola, considera que el miedo "bloquea" y provoca "que uno se equivoque".

En este sentido, recuerda que en abril de 2003, durante la guerra de Costa de Marfil, los rebeldes le secuestraron a él y a otros dos salesianos, les pegaron toda una tarde e incluso le pusieron la pistola en la cabeza. "Cuando nos liberaron, un mes más tarde, experimenté el miedo. Y el miedo me bloqueaba. Tuve que aprender a gestionar el miedo. Cuando el amor es más fuerte que el miedo a la muerte todo cambia", subraya.

Por ello, el misionero dice "admirar" a los médicos africanos que "con poca protección se acercan a los enfermos". No obstante, puntualiza que esto no significa que haya que ser imprudentes y recomienda lavarse las manos muchas veces al día y no saludar dando la mano. De hecho, cuenta que a los enfermeros siempre les dice que tengan cuidado con los enfermos que tienen fiebre, que no les toquen sin guantes y llamen a los especialistas rápidamente.

Sin embargo, admite que en Guinea es difícil que la población acepte la realidad del virus porque para atacarlo hay que detectar a los enfermos, aislarlos totalmente y en caso de fallecimiento, enterrarlos directamente y esto "provoca una oposición en la población" ya que "en la tradición africana la muerte es un uno de los momentos más importantes de la vida del hombre".

Por este motivo, es muy importante el trabajo de sensibilización que realiza el Grupo de Prevención Anti-ébola de la región de Siguiri, del que el misionero es el representante cristiano. Aunque desde mediados de agosto no habían tenido ningún caso, ahora, en dos semanas han tenido cinco. "Parecía que se había dominado, pero el desplazamiento de la población ha provocado un volver a comenzar", ha apuntado.

Sabé es misionero salesiano desde 1992. Hasta 2006 estuvo en Costa de Marfil, en las ciudades de Abijan, Duékoué y Korhogo. En 2006 se trasladó a Kara (Togo) y finalmente, en 2012, lleguó a la Guinea Conakry para trabajar en Kankan y Siguiri.