Las contingencias se multiplicaron ayer para que el rescate de un alemán a punto de ahogarse en la playa de El Bollullo, en La Orotava, se complicara hasta límites casi dramáticos. Era el día de descanso del socorrista habitual y la conclusión del acuerdo entre el ayuntamiento y Cruz Roja para dotar a la cala de vigilantes obligó a que el camarero del bar, un turista peninsular y un tercer bañista se lanzaran y salvaran a una persona que ya casi no se mantenía a flote y presentaba los ojos desorbitados, según señaló a EL DÍA dicho trabajador.

Los hechos se produjeron sobre las 11:30 horas. La víctima, de 53 años, nadaba entre los dos roques de la orilla, y existía cierta corriente. El turista comenzó a apurarse y su mujer empezó a pedir socorro. La corriente complicó el rescate. El afectado había tragado agua y hasta el camarero, que en los 6 años que trabaja en la playa nunca se había bañado allí, pasó por el mismo trance. Tras avisar al 112, se desplazaron al lugar dos ambulancias, bomberos y una patrulla de la Policía Local. Estos equipos bajaron a la arena una camilla, atendieron al afectado y lo subieron en dicha camilla hasta la carretera.