La ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, ha asegurado que Rafael Catalá, que tomará posesión como ministro de Justicia la próxima semana, estará dispuesto a buscar acuerdos y puntos de encuentro que puedan generar el consenso necesario sobre el aborto.

Báñez ha sido hoy la encargada de contestar en el pleno del Congreso a una interpelación del diputado de la Izquierda Plural, Gaspar Llamazares, sobre la reforma de la ley del aborto, ya retirada por falta de consenso, después de que el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, presentara ayer su dimisión.

Al concluir su intervención, la ministra se ha querido sumar a los agradecimientos mostrados por compañeros de partido y Gobierno a Ruiz- Gallardón por la labor desarrollada y por su "colaboración solidaria" con todos los miembros del Gobierno en una etapa "muy difícil y de gran exigencia -ha dicho- para todos nosotros".

La Izquierda Plural ha querido mantener la interpelación al considerar que el Ejecutivo tiene que dar aún muchas explicaciones sobre esta iniciativa legislativa "nefasta" y el por qué de su interés en "guardarla ahora en un cajón".

"Nos deben una explicación -le ha espetado Gaspar Llamazares a la ministra-. No tenemos ningún ánimo cinegético. No pretendíamos cobrarnos una pieza, no pretendíamos obtener la pieza del ministro de Justicia, sino que lo que queremos es que no haya una contrarreforma de la ley del aborto".

Llamazares, que ha criticado que no fuera la vicepresidenta del Gobierno quien respondiera a esta interpelación al asumir en funciones el departamento de Justicia, cree que "no es verdad que el PP haya renunciado, ni rectificado definitivamente" la reforma ya que Mariano Rajoy "mantiene las espadas en alto" al mantener la modificación de obligar al consentimiento paterno para las menores de 18 años

Pero también ha dicho que no ha rectificado porque el PP sigue manteniendo el recurso de inconstitucionalidad sobre la ley vigente.

Para Llamazares, "el gran problema" del Gobierno ha sido haber convertido un "dogma privado, el de la concepción de la jerarquía eclesiástica y de una parte del PP, en una ley general", y por haber gestionado "un tema delicado y una cuestión de interés general como una cuestión familiar del PP".

"Lo que fuera en su momento la bandera familiar del PP se convirtió luego en un conflicto interno, que ha terminado siendo una ruptura familiar", ha concluido el diputado, a quien la ministra le ha recriminado el haber mantenido la interpelación y no haber esperado la llegada del nuevo ministro.

La ministra ha insistido en que de lo que hay que hablar en estos momentos "es en lo que tenemos que trabajar, en los puntos de encuentro que puedan generar el consenso necesario". " Este Gobierno -ha dicho- siempre está dispuesto a dialogar, a buscar acuerdos, a dar explicaciones en esta Cámara sobre este asunto y sobre todos los que se planteen a los españoles".

Báñez, que ha criticado que este grupo parlamentario mantuviera la interpelación y no esperara al nuevo ministro, ha insistido en que al Gobierno no le gusta la legislación actual sobre el aborto, sobre todo en algunos aspectos como la situación en la que quedan los padres privados de su derecho a asesorar y acompañar a los hijos menores ante una circunstancia así.

Pero tampoco le gusta, ha dicho, la forma en que fue aprobada por el gobierno anterior "renunciando a cualquier tipo de consenso".

Y no le gusta porque, ha subrayado, se trata de un asunto de una "gran profundidad ética, que no se puede despachar con eslóganes fáciles, con frases hechas con maniqueismos o con ligerezas"

La ministra ha incidido en que "era necesario un gran consenso", pero que se van a buscar soluciones para aquellas "situaciones más complicadas, las que suscitan un mayor rechazo por la sociedad".